San Luis Potosí, SLP.- En vísperas del Día Mundial de la Diabetes, San Luis Potosí enfrenta un panorama crítico, la diabetes mellitus se mantiene como la segunda causa de muerte en la entidad y coloca al estado entre los que registran tasas más altas de mortalidad por esta enfermedad en el país.
De acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Registradas 2024 del INEGI, en San Luis Potosí se contabilizaron 19 mil 363 muertes durante el año pasado. Las enfermedades del corazón encabezaron las causas con 5 mil 203 defunciones, seguidas de la diabetes mellitus, que provocó 2 mil 503 fallecimientos.
Esto significa que la diabetes representó una de cada ocho muertes en la entidad, con una tasa de 86.9 decesos por cada 100 mil habitantes, cifra que supera a la media nacional y coloca al estado en los niveles más altos del país.
El resto de las principales causas fueron los tumores malignos (2 mil 066), los accidentes (1 mil 038) y las enfermedades del hígado (847). La tasa general de defunciones se ubicó en 671 por cada 10 mil habitantes.
2025 podría cerrar con un aumento en muertes por diabetes, desabasto y protestas evidencian crisis
Aunque el INEGI solo ha publicado cifras hasta 2024, especialistas y organizaciones de pacientes advierten que 2025 podría cerrar con un incremento en los fallecimientos por diabetes en San Luis Potosí.
Durante este año, grupos de pacientes han realizado protestas y bloqueos en distintos puntos de la capital potosina denunciando desabasto de medicamentos, falta de insulina, ausencia de tiras reactivas y demoras en los tratamientos.
Usuarios del sistema estatal de salud señalan que la falta de abasto es recurrente desde hace meses, especialmente en centros de salud y hospitales del interior del estado.
“Hay personas que llevan semanas sin recibir insulina. Nosotros no podemos esperar. Si no nos atendemos, nos morimos”, expresó una paciente diabética durante una manifestación reciente.
El panorama no sorprende a especialistas locales, quienes apuntan que el sistema de salud potosino opera con recursos limitados y bajo un modelo más reactivo que preventivo.
Entre los principales problemas se encuentran:
Insuficiencia de medicamentos y tratamientos regulares para pacientes crónicos.
Falta de personal especializado, particularmente endocrinólogos en zonas rurales.
Retrasos en consultas y estudios, lo que deriva en diagnósticos tardíos.
Proliferación de complicaciones por falta de seguimiento, como insuficiencia renal, amputaciones y problemas cardiovasculares.
Escasa promoción de la prevención, pese a que el 70% de los casos de diabetes puede controlarse o retrasarse con intervención temprana.
Este escenario empeora en comunidades alejadas, donde incluso el acceso a glucometría básica es limitado.
A diferencia de otros años, colectivos de pacientes exigieron que el Día Mundial de la Diabetes no se quede en actos simbólicos, sino que se convierta en un llamado urgente a reforzar la estrategia estatal.
Solicitan:
un plan emergente de abasto,
campañas permanentes de detección temprana,
educación alimentaria comunitaria,
y una ruta clara de atención integral para pacientes crónicos.
Mientras tanto, las cifras del INEGI muestran una tendencia que, de no corregirse, podría seguir cobrando vidas en 2025.
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