El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles la ley aprobada por el Congreso, con la que pone fin al cierre de Gobierno de 43 días, el más largo de la historia del país.
Siete semanas de parálisis gubernamental
El cierre de Gobierno se extendió durante cinco semanas, paralizando agencias, museos y servicios públicos en todo el país. La medida había sido consecuencia del estancamiento entre republicanos y demócratas en el Congreso respecto al presupuesto federal.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó la intención del mandatario desde tempranas horas:
“(Trump) tiene ganas de poner fin a este cierre devastador causado por los demócratas y esperamos que la firma tenga lugar esta noche”.
Trump culpó al Partido Demócrata por la prolongación del cierre, acusándolo de haberlo usado como una estrategia para impulsar su movilización política rumbo a las elecciones intermedias de noviembre.
Aprobación en el Congreso y mensaje desde la Oficina Oval
El Senado fue el primero en aprobar el paquete presupuestal, con 60 votos a favor y 40 en contra, seguido por la Cámara de Representantes, donde se logró una mayoría de 222 votos a favor y 209 en contra.
Entre quienes facilitaron el acuerdo se encontraron tres senadores moderados —Jeanne Shaheen, Maggie Hassan y Angus King— quienes propusieron avanzar tres leyes de gasto bipartidistas para romper el estancamiento.
Tras la votación, Trump firmó el decreto en la Oficina Oval, agradeciendo a los legisladores republicanos que apoyaron la medida. En su discurso, el mandatario acusó nuevamente a los demócratas de provocar “un sufrimiento innecesario para miles de familias estadounidenses”.
Asimismo, aprovechó el momento para criticar al alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, a quien calificó de “la primera gubernatura socialista”, en alusión a su reciente victoria en las elecciones locales.
Cierre con secuelas económicas y caos en el transporte
El cierre de Gobierno afectó duramente a la economía estadounidense. La industria aérea fue una de las más golpeadas debido a la falta de controladores, lo que provocó miles de vuelos cancelados y largas filas en los aeropuertos.
La patronal Airlines for America advirtió que, pese a la reapertura, “las consecuencias del cierre persistirán durante días”, debido al reacomodo de personal y vuelos.
Los expertos también prevén pérdidas millonarias en productividad y consumo, así como daños a la confianza de los mercados internacionales.
“Daños irreversibles” al sistema estadístico federal
Karoline Leavitt señaló que el cierre afectó gravemente el funcionamiento de las agencias estadísticas federales, advirtiendo que los reportes de inflación y empleo de octubre probablemente nunca serán publicados.
“Los demócratas pueden haber causado daños irreversibles al sistema estadístico federal”, dijo la vocera, lamentando la interrupción en la recopilación de datos esenciales para la economía del país.
Riesgo de un nuevo cierre en enero
Aunque la ley fue promulgada, el acuerdo presupuestal solo financiará al Gobierno hasta el 30 de enero, lo que deja abierta la posibilidad de un nuevo cierre en poco más de dos meses si no se logra un consenso para extender los fondos.
Mientras tanto, cientos de miles de empleados federales comenzarán a reincorporarse a sus puestos esta semana, y se espera que museos, parques nacionales y oficinas administrativas retomen operaciones de manera gradual.
El cierre más prolongado en la historia reciente de Estados Unidos deja una huella económica profunda y una advertencia política: el costo del estancamiento partidista puede ser devastador incluso para la potencia más grande del mundo.