ESCAPADE ayudará también a pronosticar tormentas solares que podrían poner en peligro a la tripulación porque la radiación de estas «podría dañar a los astronautas en la superficie o en órbita de Marte».
Un nuevo camino
La misión además probará una nueva trayectoria interplanetaria que podría transformar los viajes futuros al planeta rojo haciéndolos más flexibles y frecuentes.
En lugar de utilizar la tradicional maniobra de transferencia de Hohmann -que restringe los lanzamientos a una ventana de pocas semanas cada 26 meses-, la misión se dirigirá primero a un punto de Lagrange antes de poner rumbo a Marte.
«¿Podemos lanzar a Marte cuando los planetas no están alineados? ESCAPADE está allanando el camino para eso», afirmó Jeffrey Parker, de la empresa Advanced Space LLC, socia del proyecto.
La misión ofrecerá por primera vez una visión «en estéreo», es decir dos satélites idénticos que observarán al mismo tiempo el mismo fenómeno desde distintos puntos del espacio.
La idea es observar cómo el viento solar afecta la atmósfera superior de Marte, clave para entender la pérdida de agua y gases atmosféricos que transformaron su clima hace miles de millones de años.
«Para comprender cómo el viento solar impulsa los distintos tipos de escape atmosférico necesitamos una perspectiva doble -dos puntos de vista simultáneos-, y eso es exactamente lo que ESCAPADE nos proporcionará», explicó Lillis.
Las expectativas de la misión
Los investigadores esperan que los datos sirvan para determinar qué ocurrió con el agua que alguna vez fluyó por Marte y si aún puede encontrarse bajo la superficie.
«Sabemos que Marte tuvo una atmósfera densa en el pasado, pero hoy es muy tenue. La atmósfera solo puede desaparecer de dos maneras: filtrándose al subsuelo o escapando al espacio, y este último proceso ha sido un factor clave en la evolución del planeta», indicó la física espacial Shaoxui Xu, subdirectora de la misión.
ESCAPADE, con un costo total de 49 millones de dólares, representa también una nueva forma de explorar el espacio: misiones más pequeñas, de menor costo, mayor participación del sector privado y «una mayor tolerancia al riesgo», concluyó Lillis.
Esta misión de la NASA incluye instrumentos diseñados por la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle de Florida (EE.UU.) para analizar cómo interactúa el viento solar con el entorno magnético de Marte y cómo esta interacción impulsa el escape atmosférico del planeta.
Esta erosión atmosférica se refiere a la pérdida gradual de gases de la atmósfera de un planeta al espacio exterior, un fenómeno esencial para entender cómo Marte pasó de ser un planeta con agua líquida hace millones de años, a un planeta frío y árido en la actualidad.
La misión tiene previsto despegar a bordo del cohete New Glenn este domingo desde el Complejo de Lanzamiento 36 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral (Florida), si las condiciones meteorológicas lo permiten.