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Vigilancia en Zona Universitaria condicionada a horarios escolares

Declaraciones de Antonio Villa, titular de la SSPC capitalina desatan críticas, tras homicidio de universitario

San Luis Potosí, SLP.- Las recientes declaraciones del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de la capital, Juan Antonio Villa Gutiérrez, tras el asesinato de un estudiante pasante de la Facultad de Estomatología de la UASLP, han generado indignación y preocupación entre la ciudadanía. El funcionario, al lamentar el hecho ocurrido la noche del 8 de noviembre durante un intento de asalto, subrayó que el crimen sucedió “en un horario fuera de cuestiones de clase”, lo que —según dijo— coincide con un periodo donde ya no se mantiene una vigilancia reforzada en la zona universitaria.
 
Villa Gutiérrez explicó que los operativos de la SSPC se concentran en los horarios de entrada y salida de clases, de 6:00 a 8:00 de la mañana y de 7:00 a 10:00 de la noche. Es decir, fuera de esos lapsos, la presencia policial se reduce significativamente. Bajo este argumento, el secretario pareció justificar la ausencia de patrullajes al momento del homicidio, ocurrido alrededor de las 11:20 de la noche.
 
Sin embargo, esta postura abre un debate de fondo sobre la efectividad y el alcance real de la estrategia de seguridad municipal. Si la vigilancia depende de horarios académicos, entonces la protección ciudadana estaría sujeta a un reloj institucional, dejando fuera a miles de personas que transitan, trabajan o estudian en otros turnos.
 
Porque la violencia, los asaltos y los homicidios no distinguen hora. San Luis Potosí ha registrado incidentes graves a plena luz del día, asaltos a bancos en el Centro Histórico, robos en zonas comerciales y ataques a peatones o automovilistas. Y aunque el propio Villa Gutiérrez asegura que “sí hay rondines”, los hechos demuestran que la cobertura es insuficiente. Si la estrategia “funciona por horarios”, los criminales parecen haberlo entendido mejor que las autoridades.
 
Resulta contradictorio que la dependencia responsable de salvaguardar la integridad de la población condicione su presencia a franjas horarias específicas, cuando su deber es brindar seguridad las 24 horas del día, los siete días de la semana. La seguridad pública no puede tener turno ni calendario.
 
La declaración de que el evento ocurrió “fuera del horario de clases” no explica por qué no hubo patrullas disponibles, ni justifica la vulnerabilidad de una zona universitaria que, por su naturaleza, debería tener vigilancia permanente. Más aún cuando, como el propio secretario mencionó, se trata de un esquema operativo “que se ha mantenido por años”, a pesar de que los resultados muestran que la violencia no ha disminuido.
 
El asesinato del joven pasante pone en evidencia una falla estructural, la seguridad municipal parece actuar con lógica administrativa, no preventiva. Se atienden “picos” de flujo estudiantil, pero no se protege de manera constante el entorno ni se anticipan los riesgos.
 
En su mensaje final, Villa Gutiérrez prometió no descansar hasta dar con los responsables. Pero la pregunta que permanece es otra, ¿de qué sirve prometer justicia después, cuando la prevención falla antes? Porque mientras la estrategia siga dependiendo del reloj, San Luis Potosí seguirá siendo una ciudad donde la seguridad tiene horario y el peligro, no.
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