San Luis Potosí, SLP.- Durante los primeros nueve meses de 2025, los hospitales públicos de San Luis Potosí enfrentaron una carga sostenida de mortalidad, más de 10 mil personas perdieron la vida en sus instalaciones, así lo da a conocer los datos oficiales de la Dirección de Planeación, Evaluación y Proyectos Especiales de los Servicios de Salud del Estado.
La capital potosina concentró la mayor parte de los fallecimientos, con 4 mil 189 registros, seguida de Soledad de Graciano Sánchez (1,065) y Ciudad Valles (885). Estas tres demarcaciones, con hospitales regionales y alta demanda asistencial, reflejan el peso que recae sobre los principales polos urbanos de atención médica.
En el resto del estado, los números también revelan contrastes importantes. Tamazunchale (437), Matehuala (432) y Rioverde (490) se posicionan como puntos intermedios en la estadística, mientras que municipios como Ciudad Fernández (281), Villa de Reyes (256), Xilitla (245) y Santa María del Río (228) muestran cifras que, aunque menores, resultan significativas al considerar su tamaño poblacional.
La lista continúa con comunidades donde la infraestructura médica es más limitada, pero la incidencia de muertes hospitalarias resulta llamativa. Aquismón (221), Ébano (215) y Matlapa (146), por ejemplo, registran defunciones altas en relación con su población. Lo mismo ocurre con Tamasopo (146), Cerritos (138) y Villa de Ramos (136), municipios rurales que dependen de hospitales comunitarios o unidades médicas básicas.
Otros puntos como Guadalcázar (120), Zaragoza (114), Tancanhuitz (110) y Coxcatlán (106) completan la lista de zonas con mortalidad relevante. En contraste, los municipios de menor tamaño, entre ellos Alaquines, San Nicolás Tolentino, Lagunillas, San Antonio o Cerro de San Pedro, reportaron menos de 50 fallecimientos hospitalarios en el periodo.
Aunque el comportamiento general muestra una disminución paulatina conforme avanzan los meses, los primeros del año concentraron los picos más altos de defunciones, lo que coincide con temporadas de alta incidencia de enfermedades respiratorias y contagios estacionales.
El Código Civil Federal establece que toda defunción debe inscribirse en el Registro Civil con un acta y certificado médico, sin los cuales ninguna inhumación o cremación puede autorizarse. Este proceso no solo garantiza la formalidad del registro vital, sino que también permite trazar estadísticas que muestran la magnitud del problema sanitario.
Más allá de las cifras, el mapa de defunciones deja al descubierto la desigualdad territorial en el acceso a servicios médicos especializados. Mientras la capital y sus municipios colindantes concentran la atención hospitalaria, las zonas rurales y serranas siguen dependiendo de recursos limitados, donde la prevención y el acceso oportuno a la salud aún son desafíos pendientes.