San Luis Potosí, SLP.- Aunque las denuncias por acoso, abuso y violencia en escuelas potosinas se han vuelto parte del día a día, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE) asegura que los casos son mínimos si se comparan con el tamaño del sistema educativo. Sin embargo, detrás de esa visión estadística se esconde una realidad más compleja, el deterioro de la convivencia escolar y la normalización del maltrato dentro de las aulas.
Juan Carlos Torres Cedillo, titular de la dependencia, reconoce que “en todas las escuelas hay problemáticas todos los días”. No obstante, justifica que, con más de ocho mil planteles, 860 mil alumnos y 60 mil maestros, los casos reportados son pocos. Su defensa se sostiene en los números, pero no en las experiencias de quienes viven la violencia en carne propia.
El funcionario señala que, los maestros reciben capacitación constante sobre los protocolos de actuación ante denuncias de acoso o abuso, y cada viernes —durante los consejos técnicos escolares— se revisan los casos del mes para definir estrategias. Sin embargo, la eficacia de estos mecanismos sigue en entredicho. Los docentes, formados para enseñar y no para contener crisis psicológicas, dependen de equipos interdisciplinarios de la Secretaría que, muchas veces, llegan tarde o no logran dar seguimiento integral a las víctimas.
Torres Cedillo asegura que la SEGE no expulsa a los alumnos agresores, sino que les brinda acompañamiento psicológico y trabaja con las familias involucradas. Una visión humanista, sí, pero que deja a las víctimas atrapadas en el mismo entorno que las lastimó.
El caso más reciente que puso a prueba estos protocolos fue el de una Telesecundaria, donde un grupo de estudiantes amarró con una cuerda a un compañero, entre risas, mientras grababan la escena. El video circuló en redes sociales y desató indignación, pero la respuesta oficial fue inmediata, “Se aplicaron los protocolos y se dio seguimiento”, insistió el titular de la SEGE.
Pese a los discursos de atención y prevención, las aulas de San Luis Potosí continúan siendo espacios donde la violencia se repite con diferentes rostros. El funcionario recuerda que la educación en valores y respeto a la diversidad debe comenzar desde la infancia, con la participación de los padres y el acompañamiento de la escuela. Pero mientras las cifras sigan siendo el argumento para medir el problema, el dolor de las víctimas quedará reducido a porcentajes.
El Comité de Igualdad de Género de la SEGE analiza y canaliza los casos que se presentan, pero la pregunta persiste, ¿es suficiente con revisar expedientes y llenar formatos cuando lo que está en juego es la integridad emocional de niñas, niños y adolescentes?
En el papel, los protocolos existen. En la práctica, la violencia sigue entrando a clase todos los días.