Vivimos en una sociedad donde la niñez y adolescencia son considerados como seres sin el interés de la sociedad, Sin embargo, son los padres los principales responsables del desarrollo de niñas, niños, adolescentes y juventudes.
No expondremos aquí en esta ocasión los casos en los que niñas y niños han perdido la vida por no tener garantizados sus derechos más básicos. Si diremos que las estadísticas de la situación que vive esta población en México es inenarrable.
Y obviamente debemos partir del espacio de los derechos específicos para esta población. Es necesario mencionar que en este como en otros temas de derechos nuestro país se encuentra a la vanguardia en la región, en toda Latinoamérica. Este es el caso de que México cuenta con un instrumento sin comparación por el alcance y especificidad. Me refiero a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. (LGDNNYA) la cual fue publicada en diciembre de 2014 y su última reforma publicada en el DOF (Diario Oficial de la Federación) el 27 de mayo del 2024.
De acuerdo con la LGDNNYA (artículo 46) tienen derecho a vivir una vida libre de toda forma de violencia y a que se resguarde su integridad personal a fin de lograr las mejores condiciones de bienestar. Sin embargo, en los registros de lesiones (2010-2024) de la secretaria de salud en 2024 se registraron 32,409 personas de entre 1 y 17 años, que fueron atendidos en alguno de los hospitales del país. Por haber sido víctimas de violencia familiar y no familiar.
Esta cifra representó un aumento de 374% con respecto a la cantidad de NNYA atendidos en hospitales en relación a las cifras de 2010, o sea en 2024 la cantidad supero el promedio nacional de los últimos 14 años. La espiral de la violencia hacia NNyA ha escalado en porcentaje y en la crueldad. (y aunque todo lo investigado y cuantificado en México tiene la responsabilidad de “desagregar por sexo”, en este rubro si se ha hecho) la desagregación por sexo arroja que son las niñas, y las adolescentes a quienes más afecta esta violencia familiar y no familiar. Esta población de niñas y de mujeres adolescentes (2024) representaban el 76.2% de las víctimas, el resto son niños y hombres adolescentes. El sesgo por sexo contiene que las niñas y las adolescentes son víctimas de trata de personas (con modalidad de explotación sexual) esto incluye delitos cibernéticos como “pornografía infantil” (Mexico encabeza las cifras de este delito en el mundo) y “pornografía de mujeres en segunda adolescencia” Les recuerdo que la trata de personas (con modalidad de explotación sexual) es el delito como parte de la “Delincuencia Organizada” en segundo lugar con mayores ganancias a nivel mundial.
Así que no es necedad, ni feminismo radical el mencionar las razones que originan que las niñas y las adolescentes se encuentren en mayor riesgo de violencia y crueldad. Esta franja de mujeres jóvenes es altamente violentada y particularmente vulnerable. El 81.4% de las víctimas de violencia familiar y no familiar. Tenían (2024) entre 12 y 17 años.
Los adolescentes hombres ha sido afectados al representar el 23.7% de las víctimas. Esta franja está siendo reclutada por el Crimen organizado. (no lo digo yo sino las redes de protección a los derechos de infancia y juventudes)
Ahora bien… las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a vivir en familia (Artículo 23 de la LGDNNYA)
Lo anotamos dado qué hay un muy importante porcentaje donde niñas, niños y adolescentes pierden la vida por “abandono y negligencia” vivir en familia no solamente contempla la responsabilidad de proveer alimentación, educación y salud. Sino el cuidado y responsabilidad que a su vez contraen el tema de la construcción de valores éticos, morales (que no tiene que ver con religiones) de derechos. En este tema de la responsabilidad de los padres y madres sobre las y los adolescentes es de mi interés detenerme para hacer el llamado a la reflexión, sobre un tema que no gusta afrontar a los padres y madres con relación a las y los hijos adolescentes (menores de 18 años) en el estado y en todo el país los padres y madres se DESENTIENDEN de su responsabilidad como familia y una parte sustantiva del cuidado.
La violencia familiar incluye (también) ser responsable de las hijas e hijos adolescentes. No hacerlo significa “negligencia y abandono”. Al grano; ¿quién debe otorgar el permiso o no permiso de que sus hijos e hijas asistan a antros? El Estado. El gobierno. NO. El estado ofrece garantía de derechos a través de las leyes y normas y el gobierno aplica las normas y reglamentos para (también) sancionar a esos espacios de diversión (antros) dirigida a las personas adultas. Que permiten la entrada de adolescentes. Por el consumo de alcohol y otros consumos. Sin embargo, son los padres y madres los obligados por ley a “cuidar” estos aspectos del desarrollo psicosocial, de salud (entre otros) la familia es el principal entorno donde se debe cuidar y hacer que esta población de adolescentes se desarrolle en ambientes sanos.
“Y los padres, ¿dónde están” es una iniciativa nacida en Puerto Rico por el alto índice de recurrencia de esta población a espacios destinados y permitidos a la población adulta. No a la población adolescente. Los padres y madres bien sabemos que los “permisos” para salir en horario nocturno nuestras adolescencias acuden a estos espacios. ¿Cuáles son las repercusiones si sabemos que acudieron a los llamados “antros”? Si como desafortunadamente suceden excesos, accidentes, violencia y abuso sexual. ¿A quién responsabilizamos? A todo mundo menos a nosotras y nosotros mismos como madres y padres (respectivamente) ¿por qué? Porque no asumimos la responsabilidad y es más sencillo responsabilizar a otros. Y si bien son madres y padres los primeros responsables de la formación de sus hijos e hijas. También es cierto que ante una embestida cultural viciada por factores de múltiples intereses. (modelos enaltecidos de cantantes, hombres y mujeres, contenido codificador y de consumo de alcohol y otras sustancias, y un largo etcétera) y estos “modelos” y prototipos a seguir por las juventudes. Lo hacen (como siempre) “para encajar”, “para pertenecer” y “para ser parte del grupo” el señuelo denominado “la Hora feliz para mujeres” busca que las mujeres consuman grandes cantidades de alcohol. Señuelos cuestionables aun si la mujer es adulta, pero y si son adolescentes. Así que este es un problema multisectorial. Aunque nace de una fractura en la construcción valórica del núcleo familiar, social, económico, cultural…todo. Absolutamente todo ingresa al caldo de cultivo para hacer que las juventudes adolescentes estén más que convencidos de que asistir a estos espacios es lo más importante de su vida. Así que todo mundo debe reflexionar y actuar en consecuencia. Y cuando decimos todo mundo así debe ser. Por ejemplo, el papel de los medios de comunicación debe sumarse a una campaña que sea parte de una estrategia. Esta tiene varios fines y un objetivo; involucrar a todos los sectores sociales y de gobierno. Iniciando por motivar la responsabilidad de padres y madres de adolescentes en los asuntos de estas mismas juventudes. La responsabilidad de los gobiernos y actores de opinión es tan trascendental qué hay que cuidar hasta las “declaraciones”. El prohijar conductas nocivas es incumplir la responsabilidad. Así que lejos de cruzarnos de brazos y emitir opiniones banales. Culpar o responsabilizar a otros no aporta.
Hacer NOS RESPONSABLES de nuestros hijos, hijas adolescentes es responsabilidad directa. Ineludible e impostergable.
Como siempre mi invitación a la reflexión sobre los problemas sociales que tienen su origen en la familia. Con la participación de todos los sectores sociales.
Hasta la próxima …