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La deuda del rector

Libertad de opinión.

Así como hemos exigido que los políticos mantengan sus manos sucias fuera de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), también es momento de pedirle cuentas al rector Alejandro Zermeño. Prometió transparencia, rendición de cuentas y cero tolerancia al acoso sexual y laboral. No ha cumplido.
 
Cuando buscaba la rectoría, sus palabras eran seductoras. En una entrevista pública declaró:
“Nosotros recibimos un recurso público y la autonomía no te exime de dar cuentas a la sociedad. Administrativamente, tenemos que ser una caja de cristal para que toda la gente vea que las cosas se están haciendo bien y con transparencia. Que la universidad sea un ejemplo para todo el estado.”
 
¿Y qué pasó cuando llegó al cargo? Esa caja de cristal la cubrió con cartón negro. No le gustó ser auditado, y mucho menos rendir cuentas claras.
 
Aunque se ha exigido que la clase política se mantenga lejos de la universidad, fue el propio Zermeño quien la contaminó desde adentro. Colocó en puestos clave a personajes como Marco Antonio Aranda —ex secretario de gobierno con Fernando Toranzo y secretario general del ayuntamiento con Ricardo Gallardo Juárez— a quien luego premió con una jubilación dorada bajo procedimientos dudosos. También trajo a Federico Garza, ex fiscal general del cuestionado sexenio de Juan Manuel Carreras. El rector es señalado de operar ahora con el respaldo del exdiputado morenista Juan Ramiro Robledo, actual director de Enlace Legislativo en la Secretaría de Gobernación. ¿Entonces?
 
Para mantener el control político-estudiantil, Zermeño permitió que integrantes de la Federación Universitaria Potosina hicieran y deshicieran a su antojo. Incluso se les permitió controlar espacios donde se consumían bebidas alcohólicas y drogas, como se evidenció en la Facultad de Derecho. Ahí, una alumna denunció haber sido víctima de agresión sexual por parte de tres estudiantes.
 
El ausentismo docente es tolerado. El acoso contra alumnas y trabajadoras administrativas no se atiende con seriedad. La inseguridad en los campus sigue siendo una deuda pendiente, al igual que la tan prometida transparencia.
 
Si alguien tiene una deuda con la comunidad universitaria, es Alejandro Zermeño. Ya no hay margen para excusas. O toma decisiones firmes, o se avecinan nuevas protestas en la UASLP.
 
ATLÉTICO CANGREJO
Lo he dicho muchas veces: el Atlético de San Luis, cuando por fin parece que va a levantar, retrocede. Como los cangrejos.
 
Tras un valioso triunfo de visita ante los Pumas, volvió a hacer el ridículo en casa, perdiendo ante Necaxa, uno de los peores equipos del torneo.
 
Aspirar al décimo lugar para entrar al "Play-In" no es competitivo, es mediocre. Y la afición potosina, por desgracia, se ha vuelto muy poco exigente con una directiva conformista, que se conforma con vender jugadores y llenarse los bolsillos. Mientras tanto, el sueño de tener un equipo protagonista sigue lejos. Muy lejos.
 
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