Luis Ever Cruz Palma, maestro de educación primaria, fue asesinado el pasado fin de semana al quedarse en medio del fuego cruzado durante el enfrentamiento de grupos criminales en Guachochi, Chihuahua.
El maestro de la escuela Timoteo Martínez, de 44 años e integrante de la sección 8 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) fue uno de los siete muertos que dejaron los hechos registrados durante la noche del sábado y madrugada del domingo en la región de la Sierra Tarahumara.
La comunidad, entre ellos maestros de la región, se volcaron a las calles para exigir justicia a las autoridades de los tres niveles.
Asimismo, la Iglesia católica llamó a las autoridades a garantizar el bien del pueblo, como lo prometieron en campaña.
Frente a la Presidencia Municipal, decenas de maestros, con globos y pancartas, exigieron paz y justicia, mientras se realizaba la Mesa de Seguridad por parte de autoridades.
"No más violencia" y "Queremos vivir y enseñar en paz", se leía en cartulinas.
Tras realizarse la misa exequial del docente en la Catedral de Guachochi, sus compañeros dejaron una cartulina junto al altar.
"Exigimos justicia, no venganza. Paz", rezaba el mensaje.
La Diócesis de la Tarahumara llamó de manera urgente a los tres niveles de Gobierno a restablecer el orden, la seguridad y la justicia en el municipio y en toda la región serrana, mediante acciones efectivas y sostenidas, no sólo reactivas o temporales.
"A las instituciones de procuración y administración de justicia, para que investiguen los hechos y se evite la impunidad que tanto daña la confianza ciudadana", indicó la Diócesis en un comunicado.
"A quienes integran los grupos generadores de violencia, para que escuchen el llamado de Dios a la conversión, dejen las armas y reconozcan el valor sagrado de la vida".
Horas antes, la dirección de la escuela primaria en la que daba clases la víctima emitió un mensaje de despedida en sus redes oficiales.
"No solo fue un maestro, fue un guía, un mentor y un pilar fundamental de la formación de incontables generaciones en nuestro Guachochi. Su compromiso con la educación y su calidez humana dejan una huella imborrable en el corazón de alumnos, colegas y padres de familia", decía el mensaje.
'Siento nos ha abandonado', dice párroco a Gobernadora y Presidenta
Tras los hechos, el sacerdote Enrique Urzúa, párroco de la Catedral de Guachochi, quien en mayo pasado había enviado una carta a la Presidenta Claudia Sheinbaum exponiéndole la situación de seguridad de esta región serrana, demandó a los tres niveles de gobierno a actuar y no mantenerlos abandonados.
"(...) Lo digo desde lo que percibo, casi siento que se nos ha abandonado y que ya no nos escuchan y que no solamente no nos escuchan, sino que nuestras autoridades han dicho que no pasa nada o que las balaceras son balazos al aire, tan al aire, que hace unos días rafaguearon la gasolinera de la entrada y la Glorieta de la Virgen (...)", dijo el sacerdote en la misa dominical.
Tras indicar que ve pocas fuerzas de seguridad en el pueblo, pidió a Dios por las autoridades.
"Oremos por nuestras autoridades para que Dios les conceda tener una mirada objetiva y real de lo que vivimos, de lo que pasamos, para que tengan oído para escuchar el sufrimiento de quienes lloran, para mirar el temor de quienes vivimos en estas tierras, en toda nuestra sierra", dijo.
Expuso que está consciente de que las autoridades no tienen una "varita mágica" para cambiar la realidad.
"Sin embargo, también para eso buscaron el voto, para eso quisieron ser elegidos, para garantizar el bien de nuestros pueblos, y para garantizar la seguridad de nuestra gente, para eso se pelearon, para eso hicieron campaña y para eso, me atrevo a decir, hasta persuadieron a la gente o nos persuadieron", reprochó.
"Para eso les hicieron y les hacen grandes comidas a nuestros hermanos indígenas cuando andan en campaña, uno y otro partido, a los más pobres, uno y otro partido, para obtener el puesto para gobernar. Pues si por eso tanto se han peleado, ahora que trabajen porque el que más gana, más tiene que trabajar y si ellos más ganan más tienen que trabajar".
El prelado comentó a los fieles que le da coraje y sentimiento ver la indiferencia y la poca empatía ante lo que vive Guachochi, y consideró que es terrible que las autoridades digan que no es cierto o que señalen que fueron sólo balas al aire, cuando deberían aceptar la violencia que se vive y por la cual sufre la comunidad.
"No veo empatía de parte de nuestras autoridades", reclamó en la homilía, y agregó que si bien no tienen "una varita mágica", sí tienen corazón para decir que es real y que acompañan a los habitantes en su sentir.
"Esa es la palabra que quisiéramos escuchar, 'estamos con ustedes, sabemos de esta violencia', esa es la palabra que quisiéramos escuchar y por eso a veces da coraje y nos sentimos abandonados".
Recordó que son múltiples los mensajes en redes sociales y en medios de comunicación que emergen por los hechos violentos del pasado domingo y de meses atrás.
"Y ahí está nuestra Presidenta diciendo que no hay nada, y ahí está nuestra Gobernadora diciendo que no hay nada, no son palabras que solamente yo diga, son palabras que la misma comunidad está diciendo", lamentó.