locales

La fe renace: potosinos vuelven a mirar al sacerdocio como camino de vida

Actualmente, el Seminario Mayor cuenta con más de 40 alumnos, contra los poco más de 10 de otros años

San Luis Potosí, SLP.- Después de años en que los salones del Seminario de San Luis Potosí lucieron casi vacíos, la Iglesia católica comienza a percibir un resurgimiento en las vocaciones sacerdotales. El vocero arquidiocesano, Tomás Cruz Perales, aseguró que este repunte representa un signo alentador para la comunidad religiosa local, tras un periodo en el que los grupos de formación llegaron a reducirse a apenas tres o cuatro aspirantes.
 
Actualmente, el Seminario Mayor potosino cuenta con entre 40 y 43 jóvenes en preparación, una cifra que, aunque todavía modesta, refleja un crecimiento sostenido respecto a los años más críticos. Cruz Perales recordó que, en su propia etapa de formación, la matrícula apenas rebasaba la decena de estudiantes, por lo que considera este aumento como un fruto de la constancia pastoral en las parroquias y de un trabajo silencioso de acompañamiento vocacional.
 
“El llamado al sacerdocio necesita paciencia y comunidad; surge desde las parroquias, desde el testimonio y el acompañamiento. Por eso seguimos orando por las vocaciones y alentando a los jóvenes que sienten ese llamado interior”, expresó el sacerdote.
 
Aunque actualmente la Arquidiócesis considera tener suficientes sacerdotes para atender las parroquias, Cruz Perales advirtió que en algunos años podría enfrentarse una escasez si no se mantiene el impulso vocacional: “Lo importante es sostener este crecimiento y cuidar a quienes ya están en el Seminario, para que concluyan su formación y perseveren en su decisión”, apuntó.
 
Más allá de las cifras, el vocero subrayó que este resurgimiento simboliza un signo de esperanza para la Iglesia potosina, que busca no sólo más sacerdotes, sino jóvenes comprometidos con la espiritualidad y el servicio.
 
En otro sentido, Cruz Perales hizo un llamado a conservar vivas las tradiciones mexicanas en vísperas del Día de Muertos. Invitó a celebrar con identidad mediante los altares y las ofrendas que honran a quienes han partido, y celebró que esta costumbre continúe transmitiéndose tanto en las escuelas como en las parroquias. “El altar no sólo es una expresión cultural, sino también espiritual; nos recuerda nuestras raíces y la comunión con quienes nos precedieron”, dijo.
 
Para la Iglesia potosina, entre rezos por nuevas vocaciones y altares encendidos por la memoria, la esperanza parece volver a florecer.
 
 
 

 

OTRAS NOTAS