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Despliegan militares en Lima por ola criminal

Perú atraviesa una de sus peores crisis de inseguridad en décadas, marcada por el auge del crimen organizado y las disputas entre bandas vinculadas al narcotráfico

El presidente José Jerí declaró estado de emergencia en Lima Metropolitana y el puerto de Callao por 30 días, en lo que calificó como el inicio de una “ofensiva contra el crimen” que mantiene en jaque a millones de peruanos.
 
“Se acabó: hoy empezamos a cambiar la historia en la lucha contra la inseguridad”, afirmó el mandatario en un mensaje televisado, al anunciar que la medida, aprobada por el Consejo de Ministros, entra en vigor a partir de la medianoche.
 
La declaratoria permite restringir derechos constitucionales como el libre tránsito, las reuniones públicas y la circulación en motocicletas, además de autorizar el despliegue de militares en las calles para apoyar a la Policía Nacional.
 
Pese al anuncio, el decreto ha generado más escepticismo que esperanza entre la población. “Ya lo hemos tenido antes y no ha ayudado en nada”, lamentó Katrina, una abogada limeña que considera que las fuerzas armadas “no resolverán los problemas de fondo”.
 
Desde las primeras horas de este miércoles, patrullas militares y vehículos blindados se desplegaron por los distritos más conflictivos de la capital, donde los homicidios y asaltos se han incrementado drásticamente en los últimos meses.
 
Perú atraviesa una de sus peores crisis de inseguridad en décadas, marcada por el auge del crimen organizado y las disputas entre bandas vinculadas al narcotráfico. Las cifras de homicidios se duplicaron en los últimos tres años, y los robos violentos son cotidianos incluso en zonas turísticas como Miraflores y Barranco.
 
La medida llega en medio de una fuerte tensión política. Apenas seis días después de asumir el poder tras la destitución de Dina Boluarte, Jerí sobrevivió a un intento de censura en el Congreso, motivado por la represión de las protestas del 15 de octubre, que dejaron un muerto y más de 120 heridos.
 
Las manifestaciones, encabezadas por jóvenes de la llamada Generación Z, expresan el descontento social ante el nuevo gobierno y la falta de respuestas frente a la inseguridad. “En cada momento nos sentimos amenazados. No sabemos si vamos a volver a casa”, dijo Lidia Osorio, una ama de casa de 50 años que asegura no confiar ni en la policía ni en los militares por la corrupción.
 
Jerí prometió recuperar “la paz y la confianza de los peruanos” y advirtió que “las guerras se ganan con acciones, no con palabras”. Mientras tanto, los limeños observan con cautela el nuevo despliegue militar, temiendo que el “estado de emergencia” se convierta en una nueva rutina sin resultados

 

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