locales

Universitarios exigen la renuncia del rector

Las consignas retumban entre los pasillos de cantera, “No más silencio”, “Fuera Zermeño”, “Justicia para todas”

San Luis Potosí, SLP.- La paciencia se agotó. Este martes, estudiantes de todas las facultades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) tomaron el Edificio Central, símbolo histórico de la institución, para exigir justicia, transparencia y fin a las omisiones ante los casos de violencia de género, acoso y abusos que —aseguran— la administración universitaria ha permitido por años.
 
Las y los jóvenes irrumpieron en el edificio donde se encuentran los principales directivos de la universidad, exigiendo la presencia del rector Alejandro Zermeño Guerra, quien, de acuerdo con versiones de los propios manifestantes, se encuentra en la Ciudad de México, mientras el conflicto en la Autónoma se intensifica.
 
“Nos cansamos de pedir por las buenas”
 
Las consignas retumban entre los pasillos de cantera, “No más silencio”, “Fuera Zermeño”, “Justicia para todas”. La indignación se desbordó tras la reciente denuncia de una presunta violación cometida dentro de la Facultad de Derecho, en la que estarían involucrados tres jóvenes, dos de ellos estudiantes y uno ajeno a la institución. El caso detonó una crisis que, para los universitarios, era cuestión de tiempo.
 
“Esto no empezó el viernes, esto lleva años”, gritan estudiantes mientras muestran carteles con los nombres de docentes y funcionarios señalados por acoso. En sus palabras hay rabia, pero también una convicción compartida, no se irán hasta que las autoridades asuman su responsabilidad.
 
La protesta no surgió de un hecho aislado. Apenas días antes, en la Facultad de Economía, los estudiantes se habían manifestado contra un profesor acusado de acoso sexual, quien —según denunciaron— sigue cobrando su salario por pertenecer al sindicato, pese a las denuncias en su contra.
 
Los universitarios sostienen que los mecanismos internos de denuncia son ineficientes y que la Defensoría de Derechos Universitarios, recientemente acéfala tras la renuncia de su titular, “solo simula atender los casos”. La falta de sanciones reales, afirman, ha normalizado la impunidad dentro de la universidad.
 
El reclamo central es contundente, la destitución del rector Alejandro Zermeño Guerra. Los manifestantes acusan que durante su gestión se ha perpetuado la opacidad, el encubrimiento y la falta de acción ante los casos de violencia de género. “Así como se removió al director de Derecho y a la defensora universitaria, Zermeño también debe irse. Él es parte del problema”, señalaron voceros del movimiento.
 
Las vialidades aledañas al Edificio Central permanecen bloqueadas, y los estudiantes advirtieron que no liberarán los accesos ni se retirarán hasta que el rector acuda personalmente a dialogar con ellos. “No queremos comunicados, queremos su presencia. Queremos respuestas y justicia”, enfatizaron.
 
Lo que ocurre hoy en la UASLP no es solo una protesta estudiantil; es una llamada de atención a la estructura universitaria que ha fallado en proteger a sus alumnas y alumnos. Las omisiones, los silencios y las soluciones superficiales han erosionado la confianza de la comunidad.
 
La toma del Edificio Central representa un punto de quiebre, no solo para la administración de Zermeño Guerra, sino para la relación entre autoridades y estudiantes. La generación que hoy ocupa los espacios no está dispuesta a heredar una universidad indiferente al dolor ni a la violencia.
 
En el fondo, esta crisis revela algo más profundo, una sociedad que se acostumbra al silencio institucional, a la falta de rendición de cuentas y al encubrimiento de quienes ostentan poder. Los universitarios, al levantar la voz, exponen no solo las fallas de su alma máter, sino también las de un sistema que premia la complicidad y castiga la verdad.
 
Hoy, los jóvenes de la UASLP no solo están tomando un edificio. Están recuperando su derecho a exigir justicia.

 

OTRAS NOTAS