Imágenes desde el zócalo
 
	
		   		COMO A MUCHOS MEXICANOS, no me gustó la imagen de Claudia Sheinbaum intentando callar con su dedo (¡Shhhhhhh!), a quienes legítimamente le demandaban respuestas por sus compañeros desaparecidos.
ERROR EN MAL MOMENTO. SE viralizó un video en el que quedó claro que no es fácil encarar a las multitudes, menos aún, cuando la desesperación domina el entorno. La izquierda gobernante ha perdido práctica en su contacto con la gente. Poco a poco, día con día, la clientelarización la carcome, con la consecuente pérdida del contacto legítimo de base. No es buena noticia para nadie.
PESE A QUE EL EMPLEO DEL “dedo silenciador” no fue de mi agrado, celebro y aplaudo que la mandataria haya estado al frente de la atención social ante los estragos de Raymond-Priscila. Verla ahí, con la supervisión a su cargo de la ayuda humanitaria, en la visita de las zonas afectadas e incluso, dispuesta a enfrentar los reclamos de las familias, es una muestra contundente de que tiene mucho mayor sensibilidad y liderazgo que su antecesor.
LA ACTUACIÓN DE SHEINBAUM redimensiona el tamaño real de AMLO, quien con la excusa de “no poner en riesgo la investidura”, escondía su miedo a dialogar con la sociedad. Al estrechar a mujeres y niños, las fotos de la presidenta de México contrastan con aquél López Obrador, montado en un jeep, atascado en el lodo sin llegar a pisar Guerrero después de Otis.
SE SOBREPONEN A AQUELLAS EN las que tras la tormenta tropical Eta, el tabasqueño, desde un helicóptero se ufanaba de enviar el agua a sus paisanos indígenas, para resguardar Villahermosa.
DOS LIDERAZGOS DISTINTOS, UNO cercano en tiempos de desgracia; otro lejano, edificado con propaganda para un autoelogio que, con el paso del tiempo, se hace cada vez más chiquito en la memora colectiva.
MÁS ALLÁ DE LAS CARENCIAS O virtudes que tenga cada uno de ellos, lo cierto es que las afectaciones que hoy viven los estados de Veracruz, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, vuelven a desnudar de manera cruda, la precariedad en la que viven miles de familias. La fragilidad expuesta por estos aguaceros, con más de 100 mil viviendas dañadas, nuevamente es nota nacional.
LAS NOTICIAS DIERON CUENTA DE que en unos 139 municipios se reportaron “las mayores afectaciones”. Con reportes de 108 interrupciones en 18 carreteras federales y un recuento de 44 fallecimientos, tristemente, las imágenes son un “corta y pega”, de desgracias previas, pero con distinta sede.
SE REPITEN EL DN-III, LA instalación de refugios e incluso la dramática participación del crimen organizado -en esta ocasión el CJNG- con la entrega de despensas.
MIENTRAS TANTO, LOS SEMPI-eternos debates entre oposición y oficialismo: ¿Se avisó a tiempo o no? ¿Habrá atención completa a los damnificados? ¿Hay recursos presupuestales suficientes?
NUEVAMENTE VEMOS LAS carencias estructurales de política pública, la histórica falta de planeación, los múltiples incumplimientos hacia los planes urbanos en zonas de riesgo, así como la incapacidad gubernamental para garantizar su ejecución. Nada cambia.
COMO CADA AÑO, EN LA discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación -que trágicamente coincide con lo más fuerte de la temporada de huracanes- los discursos de quienes en el Legislativo se rasgan las vestiduras por conseguir más recursos para “tapar el pozo”.
TAL VEZ LA ÚNICA DIFERENCIA, como aderezo en esta época de contradicciones públicas, fueron las encendidas críticas contra el otrora director del Fonden, quien tras haber sido acusado por corrupción durante el “peñanietismo”, fue identificado en redes sociales como un reciente candidato morenista” en Querétaro.
SIRVAN ESTAS LÍNEAS, NO SOLO para expresar nuestra solidaridad hacia las miles de personas que hoy sufren por estos fenómenos meteorológicos, sino también para subrayar que en México, desde hace décadas, es indispensable realizar una inversión con visión de Estado, que permita un verdadero reordenamiento territorial, además de combinar medidas de prevención a nivel estructural, con aquellas de preparación comunitaria.
ES FUNDAMENTAL INVERTIR EN LA construcción de profundos consensos sociales, que garanticen reubicar a la gente fuera de las zonas de riesgo.
ADEMÁS DE LAS ACCIONES urbanas, se necesita fomentar la protección de ecosistemas y barreras naturales, así como fomentar redes de ayuda mutua que se coordinen con la asistencia de emergencia que desarrollen gobiernos y organizaciones. A la fecha, a ningún gobierno le ha interesado hacerlo, es hora de que la sociedad se organice para iniciar la colosal tarea.
 
            
		
		
			
			
				