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La solidaridad en tiempos de crisis

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LAS INUNDACIONES RECIENTES EN México, que han golpeado con especial fuerza a San Luis Potosí, nos enfrentan a una cruda realidad que trasciende las diferencias políticas: la necesidad urgente de solidaridad entre los mexicanos.

EN MOMENTOS DE EMERGENCIA, como los que vivimos ahora, las banderas y colores partidistas deben ser dejados de lado, porque la tragedia no discrimina entre colores ni ideologías.

LA RESPUESTA RÁPIDA DEL gobernador Ricardo Gallardo Cardona ante la contingencia es un testimonio de cómo, en tiempos difíciles, la acción coordinada puede marcar la diferencia.

A LA PAR, LA PRESIDENTA CLAUDIA Sheinbaum ha reconocido el esfuerzo del gobierno potosino al entregar apoyos directos a las familias afectadas, lo cual subraya una verdad innegable: la unidad es nuestro mayor recurso en la adversidad.

EN ESTE SENTIDO, ES DIGNO DE mención el despliegue de más de 35,000 apoyos alimentarios y el compromiso de proporcionar hasta 20,000 pesos a los hogares más afectados.

ESTAS ACCIONES NO SOLO SON una respuesta inmediata a la crisis, sino también un recordatorio de que, cuando nos unimos, somos capaces de enfrentar cualquier adversidad.

SIN EMBARGO, NO PODEMOS perder de vista la tentación de algunos de lucrar políticamente con el sufrimiento de los demás.

LA BÚSQUEDA DE CULPABLES EN medio del caos es, como bien señaló Sheinbaum, "ruin" y carente de empatía. En lugar de aprovecharse de la tragedia, debemos enfocarnos en la reconstrucción y el apoyo a quienes lo han perdido todo.

LA SOLIDARIDAD CIUDADANA SE ha manifestado de manera admirable, con la movilización de recursos y el apoyo incondicional hacia los damnificados en varios estados.

A MEDIDA QUE LOS helicópteros de la Marina transportan víveres y ayuda, se evidencia que la compasión y la acción conjunta son el verdadero camino a seguir. La respuesta de la ciudadanía es un faro de esperanza en medio de la oscuridad que traen estos desastres.

NO OBSTANTE, ES CRUCIAL QUE esta solidaridad no solo se exprese en momentos de crisis, sino que se traduzca en un compromiso continuo hacia la prevención y la gestión de desastres.

LA RECIENTE DISCUSIÓN SOBRE EL Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y su eliminación en 2021 pone de relieve la necesidad de replantear cómo nos preparamos y respondemos a estas emergencias.

LOS RECURSOS DESTINADOS A LA atención de desastres no deben ser un tema de debate político, sino una prioridad nacional.

LA CONTINGENCIA QUE HEMOS vivido recientemente en San Luis Potosí y otras regiones es una ocasión para recordar que, más allá de nuestros intereses individuales o partidistas, somos un país que se une en la adversidad.

LA SOLIDARIDAD DEBE SER nuestra bandera, y es hora de que, como sociedad, actuemos en consecuencia. La factura por la falta de empatía y acción llegará, pero si respondemos con unidad y determinación, podremos reconstruir no solo lo que se ha perdido, sino también los lazos que nos unen como nación.

ES MOMENTO DE DEMOSTRAR, amigo lector, lo fuertes que somos y lo dispuestos que estamos para apoyar a los nuestros.

HASTA LA PRÓXIMA.

 

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