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México analiza subir aranceles por guerra EU-China

El secretario de Economía explicó que el objetivo central del Gobierno de Claudia Sheinbaum es garantizar que México quede en 'las mejores condiciones de competencia'

México prepara un nuevo ajuste integral en su política arancelaria para 2026... pero la magnitud y el ritmo de esos cambios dependerán de cómo se resuelva la tensión comercial entre Estados Unidos y China, advirtió Marcelo Ebrard, secretario de Economía, este martes 14 de octubre.
 
“El año entrante tendremos que ir ajustando muchas de nuestras políticas arancelarias, en función de cómo quede el panorama general, que todavía no concluye. No sabemos todavía a qué acuerdo van a llegar Estados Unidos y China o cómo va a funcionar, porque es el grueso del comercio mundial”, señaló ante el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
 
El secretario de Economía explicó que el objetivo central del Gobierno de Claudia Sheinbaum es garantizar que México quede en “las mejores condiciones de competencia” frente a otros actores globales.
 
“Al final de la revisión del T-MEC y de todo el nuevo sistema arancelario vamos a ver a qué llegan Estados Unidos y China. Esa es la pieza que falta, la más importante de la arquitectura de lo que vamos a ver”, subrayó.
 
A principios de septiembre, la Secretaría de Economía envió una iniciativa en el marco del Paquete Económico 2026 en la cual se incrementarán aranceles a mil 463 fracciones arancelarias.
 
Ebrard confirmó que la Cámara de Diputados aplazó para noviembre la votación a fin de incorporar información derivada de las consultas con los sectores productivos.
 
La propuesta de reforma arancelaria tiene el propósito de frenar el crecimiento del déficit comercial, particularmente con China, y proteger sectores productivos nacionales que han comenzado a resentir el impacto de las importaciones baratas, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
 
Pese a reconocer que la revisión del T-MEC será “difícil” y que subsisten temas sensibles —como los aranceles globales impuestos de manera unilateral por Estados Unidos en diversos sectores—, Ebrard sostuvo que existe un entendimiento sólido con Washington.
 
El secretario de Economía añadió que las discusiones actuales son 80 por ciento técnicas, centradas en datos y modelaciones de impacto, lo que —a su juicio— aumenta las posibilidades de alcanzar acuerdos antes del cierre del año.
 
“Todavía nos falta un trecho importante por recorrer porque hay que sortear muchos riesgos, y en fin va a ser una revisión difícil sí, claro que sí, pero mucho el buen dato que tenemos es va el tratado va a sobrevivir”, afirmó.
 
Durante el evento El Día de los Industriales de la Concamin, Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio Exterior, subrayó que aún existen “muchos escenarios arancelarios abiertos” y reiteró que la posición final de México dependerá de cómo concluya la negociación entre Estados Unidos y China.
 
“A partir de ello México tendrá que ver qué política arancelaria va a seguir, porque tendrá que trabajar con sus socios comerciales en fortalecer sus cadenas regionales y en seguir protegiendo a la industria nacional, que es el propósito uno del Plan México”, explicó el funcionario.
 
Gutiérrez precisó que el gobierno mexicano estima que la negociación entre Washington y Pekín podría cerrarse entre noviembre y principios del próximo año, aunque admitió que la expectativa inicial era tener claridad antes de que concluyera 2025.
 
El subsecretario enfatizó que la política arancelaria “no está grabada en piedra” y que, al igual que la política monetaria o de gasto, puede modificarse conforme a las circunstancias internacionales.
 
“La veo complicada para bajar fracciones arancelarias; más bien, en los próximos meses o años podríamos jugar en el margen de subir el arancel un poco o de bajarlo, pero quitarlas sería muy complicado. No lo vemos en el corto plazo”, detalló.
 
Por su parte, Judith Garza, presidenta de la Comisión de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de la Concamin, consideró que el panorama se ha vuelto más complejo y que podrían abrirse “nuevos frentes de revisión” conforme avance el reacomodo global.
 
“Empiezan a abrirse muchos frentes y no dudaría que este sea otro adicional que pueda estar en revisión, en función de cómo se vayan acomodando las cosas. Pero la verdad es que los detalles creo que los están definiendo. Ni siquiera ellos (Economía) los tienen”, y destacó la necesidad de realizar un análisis más fino y estratégico desde el sector privado para identificar los sectores que podrían verse más afectados por los ajustes.
 
“Ese análisis quirúrgico, esos tiros de precisión de los que hablaba, hay que empezarlos a trabajar, para encontrar dónde están los sectores que faltan, aquellos que hoy no están dentro del plan. Desde la parte industrial tenemos que procesar nuestra propia información y entender cuál puede ser esa estrategia que acompañe al gobierno”, expresó.
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