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Movilidad de personas con discapacidad, una deuda de San Luis

La movilidad incluyente sigue topándose con barreras físicas y culturales que ni las multas ni los talleres logran remover

San Luis Potosí, SLP.- Aunque el Ayuntamiento capitalino presume avances en la aplicación de infracciones y la entrega de tarjetas exclusivas para personas con discapacidad, los resultados revelan una realidad contradictoria, la movilidad incluyente en San Luis Potosí sigue topándose con barreras físicas y culturales que ni las multas ni los talleres han logrado remover.
 
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana municipal (SSPC), en los últimos meses se han aplicado 1,379 sanciones a conductores que vulneraron los derechos de movilidad de personas con discapacidad. Más de 1,100 fueron por ocupar cajones exclusivos y 254 por obstruir rampas de acceso. Las cifras, sin embargo, más que demostrar un avance, evidencian la persistencia de una conducta social arraigada, el desdén hacia los espacios destinados a quienes más los necesitan.
 
A la par, la dependencia informó que se han entregado 177 Tarjetas de Discapacidad —77 a mujeres y 100 a hombres— que acreditan el uso legítimo de esos espacios. Pero el número resulta mínimo si se considera la población total con discapacidad en la capital potosina. En contraste, las cifras de infractores triplican las de beneficiarios, un indicador de que las políticas punitivas no bastan para cambiar hábitos ciudadanos.
 
Durante 2025, el 38% de los infractores optaron por realizar trabajo comunitario como forma de reparación del daño. Además, 394 personas fueron canalizadas a talleres terapéuticos de sana convivencia y se organizaron 27 Jornadas Cívicas Itinerantes en distintas colonias. Estas acciones, aunque positivas en el papel, parecen tener un alcance limitado, la ocupación indebida de rampas y cajones especiales continúa siendo una práctica cotidiana en plazas comerciales, oficinas públicas y zonas habitacionales.
 
Especialistas en movilidad urbana y colectivos ciudadanos han señalado que la falta de accesibilidad no se resuelve solo con sanciones. Hace falta infraestructura adecuada, señalética visible, vigilancia constante y, sobre todo, educación vial y empatía social. En San Luis Potosí, advierten, la discapacidad aún se enfrenta con indiferencia institucional y social: se colocan rampas que terminan bloqueadas por postes, banquetas rotas o automóviles estacionados en doble fila.
 
Las cifras difundidas por la SSPC muestran que se avanza en la vigilancia, pero no en la conciencia. Y mientras la autoridad contabiliza boletas, las personas con discapacidad siguen esperando una ciudad realmente accesible, donde la movilidad deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho respetado.
 
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