Se sujetan como garras a la tierra fértil de tu inconsciente y escondidas en las sombras, putrefactas, malolientes y densas, dan frutos. Tienes veinte, treinta, setenta años, o un día anterior a tu despedida terrenal y siguen creciendo de entre los recovecos de tu Alma las hiedras-introyecto.
Esas ideas malignas que te inyectó por tus tiernos oídos de niño(a) tu Profesor que cometía maltrato verbal, tu Madre que se desquitaba contigo y te culpaba, tu Padre que te imponía las mismas reglas rígidas, que a su vez tu abuelo arremetió en contra de Él.
Tal vez el colectivo, la sociedad, la familia te fueron amasando el criterio temprano, con exigencias ridículas o ideales que te alejaron cada vez más de tu autenticidad y tu luz. Y así, las ideologías cargadas de pesadumbre y manipulación y a veces sin la mala intención de los tuyos, fuiste programado(a) con ideas y creencias tóxicas que iban absolutamente en contra del amor propio y la realización. No solamente estas malas hierbas entraron directamente a tu psiquis, a partir de otro, en tu biografía, otras muchas son heredadas y han agarrado gruesas raíces, tanto, que has creído que son parte del amor de familia y por supuesto, parte de ti.
Pero no es así. No lo es. A veces, arrancar de la psiquis una creencia negativa, absurda o tóxica, hace que otras aledañas caigan como en cascada y el Alma queda tan transparente y el corazón tan despejado que la vida entera cambia.
Algunas hiedras venenosas por ejemplo son; “No soy suficiente”. “No puedo.”, “No valgo.” “No soy capaz.” “No merezco.” “No tengo.” Imagínate: ¿Qué sucedería si transmutamos estas ideas inhabilitantes en luz? YO SOY SUFICIENTE, YO PUEDO, YO VALGO, YO SOY CAPAZ, YO MEREZCO, YO TENGO.
¿Qué sientes cuando lo lees? Es un cambio total en tu energía. ¿Cierto? El problema es que a veces la hiedra, las creencias limitantes, están tan arraigadas, que por más que repitamos lo contrario, la programación sigue proyectando las imágenes de desasosiego, pesimismo, pérdida, negatividad etc, que el cine mental tiene grabadas. Así que hay que hacer un trabajo profundo y necesario para extraer dicha plaga. Son enredaderas que ahorcan el amor propio, la fe, la esperanza, la creación y la manifestación consiente.
No es un camino fácil, eso es cierto, porque hay que entrar al laberinto del inconsciente, encontrarnos con viejas heridas, circunstancias difíciles y aceptar dolores añejos, pero de verdad que vale la pena, vale el llanto, valen las lágrimas, porque esa valentía te convierte en el héroe o heroína de tu historia.
¿Y si en efecto eres un excelente pintor, arquitecta, veterinario, meditadora, deportista y te domina la creencia contraria porque alguien te sentenció a que no eras suficientemente capaz en esas áreas de tu vida? ¿Y si veniste al mundo a brindarnos algo que sólo tú puedes hacer con tu esencia única y eso no está sucediendo porque alguien sembró zozobra y desasosiego en ti? ¿Y si la inseguridad que sientes, la vergüenza tóxica, el desgano y la apatía son los frutos malolientes de las creencias tóxicas que dieron raíces en tu Alma? ¿Cuáles creencias acerca del dinero, la salud, el amor, la sexualidad o de ti mismo(a) están gobernando tu existencia desde un lugar no feliz? ¿Qué frases te has dicho a ti mismo(a) que realmente no te están ayudando a disfrutar de tu existencia? ¿Qué ideologías llevas en tu espalda, a pesar de no estar de acuerdo, para no sentirte excluido(a)?
Ideas como, por ejemplo, el deber permanecer en una relación que destruye y enferma, que a cierta edad no puedes triunfar o disfrutar de algún oficio o profesión. Piensa en todo aquello que ha sido reprimido en ti y ha afectado tu autoestima y tu alegría de vivir, porque “no está bien visto que una persona de tu estatus social o tradición, haga tal cosa”
La solución a todas estas cadenas mentales es la reflexión, la introspección, trabajar el propio criterio, cuestionarse constantemente, tener una buena relación con uno mismo, expresar las opiniones propias a pesar de tener en contra a la mayoría y permitirse experimentar el rechazo y la desaprobación. Porque si eso sucede, entonces, estás en un grupo en dónde no existe la apertura mental y el respeto. Por supuesto, estamos hablando de ideas y creencias saludables en donde no se daña al otro.
Las ideas semillas de luz, las ideas que nos llevan a la expansión, las creencias que están conectadas al corazón y a lo más elevado del Espíritu, aquellas que nos hacen sentir paz, unión y calma y nos conectan con el Ser luminoso, creativo y amoroso que en realidad somos.
¿Estás listo(a) para convertir tu mente en una biblioteca de sabiduría, en un jardín de dulces frutos y sacar la mala hierba desde este preciso momento? ¿Qué sucedería querido(a) amigo(a), si cada uno de nosotros limpiamos nuestro espacio psíquico? ¿Qué mundo construiríamos? Que hoy, tu mente se llene de dulces fragancias y palabras nobles hacia el Ser humano precioso, que tú eres.
Gracias por caminar juntos.
Tu terapeuta.
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.