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Insuficiencia Venosa: Causas, síntomas y opciones de tratamiento

La Insuficiencia Venosa es una afección crónica que afecta al sistema circulatorio, particularmente en las extremidades inferiores

Ocurre cuando las venas tienen dificultades para retornar adecuadamente la sangre desde las piernas hacia el corazón, provocando una serie de síntomas que pueden ir desde molestias leves hasta complicaciones graves si no se trata adecuadamente.
 
¿Cuáles son los síntomas de la Insuficiencia Venosa?
 
Los síntomas de la Insuficiencia Venosa suelen aparecer de forma progresiva y, en muchos casos, empeoran conforme avanza el día. Entre los más frecuentes se encuentran:
 
Pesadez o cansancio en las piernas
Hinchazón, especialmente en la zona de los tobillos
Empeoramiento de los síntomas por la tarde o noche
Presencia de Várices, que pueden ser: arañas vasculares o telangiectasias (Várices pequeñas y superficiales) o Várices abultadas y tortuosas, más visibles y de mayor tamaño
 
Estos síntomas no solo afectan la calidad de vida, sino que también pueden ser un signo de progresión de la enfermedad.
 
 
Factores de riesgo para desarrollar Insuficiencia Venosa
 
Existen diversos factores que pueden favorecer el desarrollo de esta afección. Entre los principales se encuentran:
 
Sedentarismo o falta de ejercicio
Sobrepeso u Obesidad
Permanecer mucho tiempo en una misma posición, ya sea de pie o sentado
Factores hereditarios, como tener familiares con várices aumenta el riesgo, aunque no lo determina por completo
Embarazos, especialmente múltiples, en el caso de las mujeres
Tabaquismo
 
Reconocer estos factores puede ser clave tanto para la prevención como para el tratamiento oportuno de la enfermedad.
 
Tratamiento de la Insuficiencia Venosa
El abordaje terapéutico de la Insuficiencia Venosa se divide en dos grandes grupos: tratamiento médico y tratamiento quirúrgico.
 
Tratamiento médico
A su vez, el tratamiento médico incluye dos componentes fundamentales:
 
Medidas de higiene venosa o cuidados generales
Son la base del manejo de esta enfermedad, independientemente de su severidad o de si se indica cirugía. Incluyen:
 
Actividad física regular: mejora el bombeo muscular que ayuda al retorno venoso
Uso de medias de compresión: aplican una presión graduada que favorece el flujo sanguíneo
Evitar permanecer demasiado tiempo en una sola posición
Elevar las piernas por las tardes para aliviar la hinchazón (basta con usar un par de almohadas)
 
Medicamentos flebotónicos
 
Estos fármacos no eliminan las várices, pero ayudan significativamente a reducir los síntomas, al mejorar el tono de las venas y optimizar su función. Son útiles en cualquier fase de la enfermedad y suelen ser bien tolerados.
 
Tratamiento quirúrgico
 
Indicado en casos donde los síntomas persisten a pesar del tratamiento médico, o cuando existe daño venoso importante. Su objetivo es eliminar las venas enfermas, habitualmente afectadas en el eje safeno, una red venosa profunda en las piernas.
 
La elección del tipo de cirugía depende de:
 
La evaluación clínica del paciente
La severidad de los síntomas
Los hallazgos de un estudio llamado Ultrasonido Doppler Vascular, que permite valorar con precisión el estado del sistema venoso
 
Entre las técnicas quirúrgicas se incluyen procedimientos mínimamente invasivos y otros más tradicionales, siempre orientados a restaurar el flujo venoso adecuado y mejorar la calidad de vida del pacientes
 
Importancia del ejercicio en la Insuficiencia Venosa
El ejercicio físico no solo es preventivo, sino también terapéutico. Los músculos de las piernas funcionan como una bomba auxiliar para impulsar la sangre de regreso al corazón. Al ejercitarlos, se favorece ese retorno venoso, se mejora la circulación y se reducen los síntomas.
 
Además, el ejercicio tiene beneficios cardiovasculares generales, como mejorar la frecuencia cardíaca y la oxigenación de los tejidos, lo que contribuye al bienestar global del paciente.
 
Función de las medias de compresión
 
Estas medias aplican presión externa sobre las piernas, lo que facilita el retorno de la sangre al corazón. Su uso está especialmente indicado en personas que deben pasar muchas horas sentadas o de pie, y en aquellos con Várices visibles o síntomas frecuentes.
 
Son una herramienta clave para prevenir la progresión de la enfermedad y aliviar el malestar.
 
Complicaciones de la Insuficiencia Venosa
 
Si no se trata adecuadamente, la Insuficiencia Venosa puede derivar en complicaciones que van desde leves hasta graves:
 
Trombosis Venosa Profunda (TVP): causada por la lentitud en el flujo sanguíneo, puede originar coágulos que, en casos graves, migran a los pulmones (embolia pulmonar)
Tromboflebitis Superficial o Varicotrombosis: inflamación de várices con presencia de coágulos, frecuente en várices grandes y tortuosas
Hemorragias: cuando la piel sobre las várices se vuelve muy delgada, puede romperse fácilmente y sangrar abundantemente
Úlceras Varicosas: heridas crónicas causadas por mala circulación, que pueden infectarse y generar discapacidad si no se tratan correctamente
 
La Insuficiencia Venosa es una enfermedad frecuente que puede afectar significativamente la calidad de vida si no se aborda de forma adecuada. Identificar los síntomas tempranos, modificar los factores de riesgo y adoptar medidas preventivas como el ejercicio y el uso de medias de compresión son pasos clave para controlar la enfermedad.
 
En casos más avanzados, existen tratamientos médicos y quirúrgicos eficaces que permiten mejorar el estado circulatorio y aliviar las molestias. Ante cualquier síntoma persistente, es fundamental acudir a valoración médica con un especialista en Angiología para establecer un diagnóstico preciso y planificar el tratamiento más adecuado.
 
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