Este dato representa apenas el 2 por ciento del total de empresas con menos de 10 empleados, según cálculos del propio organismo
En México, solo el uno por ciento de las microempresas tiene previsto contratar personal, un porcentaje considerablemente menor en comparación con países como Estados Unidos y Chile, según un informe del Banco Mundial (BM).
En el documento "Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento", el organismo internacional advierte que tanto los trabajadores por cuenta propia como las microempresas en América Latina suelen mostrar poco interés en expandir sus negocios.
"En Chile, sólo el 8 por ciento de los trabajadores por cuenta propia reportan planes de contratar más trabajadores. En México, los porcentajes son aún más bajos, ya que menos del uno por ciento de los microempresarios tiene previsto contratar personal", señala el BM.
Este dato representa apenas el 2 por ciento del total de empresas con menos de 10 empleados, según cálculos del propio organismo.
Además, solo el 4 por ciento de las microempresas mexicanas busca acceder a crédito, y la mayoría afirma que no lo necesita.
Según el Banco Mundial, estas pequeñas unidades económicas suelen funcionar más como sustituto de empleos asalariados poco calificados que como motores de crecimiento.
"Muchas personas permanecen trabajando por cuenta propia durante largos periodos. Sus transiciones e ingresos son más consistentes con la idea de que los microemprendimientos son un sustituto del trabajo asalariado formal -especialmente en entornos de bajos ingresos-en lugar del desempleo", afirmó.
El organismo subraya que el emprendimiento es, en esencia, un proceso de experimentación, marcado por la incertidumbre y el riesgo.
Su éxito depende tanto de la capacidad de los individuos para identificar y aprovechar oportunidades, como del entorno institucional y regulatorio que fomente dicha toma de riesgos.
Sin embargo, los países en desarrollo tienden a obtener menos beneficios de este proceso: las nuevas empresas suelen ser menos productivas que las ya establecidas, lo que impide que la rotación empresarial se traduzca en mejoras de productividad.
El estudio también advierte que los emprendedores en América Latina son significativamente menos innovadores que el promedio de los países de la OCDE.
Iniciativas como lanzar nuevos productos o servicios, abrir una nueva unidad comercial o establecer filiales son sustancialmente menos comunes en la región, representando solo el 20 por ciento del promedio de la OCDE.