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¿Quiénes son los INCEL?

Opinión

Los INCELS son hombres menores de 20 años que se identifican como “célibes Involuntarios”. El termino INCEL surgió en la década de los 90s a través de un proyecto en línea de una estudiante originaria de Canadá, donde planteaba precisamente cómo vivía el celibato Involuntario. Para ella se quedó ahí su participación dado que en 1993 entrega su sitio en línea a un grupo hombres estudiantes de bachillerato. Y a partir de ahí es que se inician las comunidades de INCELS en internet y a través de las Redes Sociales (RRSS). Al paso de los años las comunidades INCELS han proliferado en todo el mundo reuniendo a miles y millones de integrantes.

El celibato involuntario estos de hombres jóvenes y heterosexuales (las comunidades son integradas por hombres en un 80 %, el resto son mujeres) lo atribuyen al “rechazo de las mujeres hacia hombres lejanos del prototipo de belleza (y por ende) carentes de atracción física y sexual” luego entonces, (para variar) estas comunidades “culpan” a las mujeres de su celibato por no tener relaciones sexuales. Este fenómeno se ha convertido en una identificación más problemática para muchos jóvenes al verse rechazados y excluidos.

Estas comunidades tienen como centro de “debate” la misoginia, la supremacía blanca y masculina. Pues culpan al sexo opuesto por no tener relaciones ni de amistad, ni sexuales. El racismo dado que permea la discriminación hacia hombres no blancos. Estas redes están catalogadas como “grupos de odio del Shouthern Poverty (SPLC. Por sus siglas en inglés) es una organización civil estadounidense dedicada a la defensa de los derechos civiles y la promoción de la educación para la tolerancia. Los INCELs dicen ser “inocentes” de su situación de vivir en celibato obligado. Esto de sentirse “inocentes” no tendría problema si sus acciones no impactarán letalmente no solo hacia ellos mismos sino contra hombres y mujeres. Dado que experimentan distintos niveles de auto desprecio, auto compasión, incluso muchos creen “tener derecho” al amor romántico y al sexo. Al no tener ni sexo ni experiencias del “amor romántico” se auto perciben privados de esa (aparente) felicidad. En su frustración promueven la violencia hacia las personas (mayoritariamente otros hombres) sexualmente activas. Llegando a llevar a cabo asesinatos en masa (EEUU. Canadá y Reino Unido) por personas identificadas como INCELs. Aunque es más que evidente abundamos (por la importancia que reviste) que quienes se auto definen como INCELs viven en el auto desprecio, auto compasión, resentimiento, racismo, menosprecian todo lo relacionado con los derechos de las mujeres. Creen que la liberación de los roles de género (por sexo) asignados a las mujeres son la razón de su infelicidad y (como si hiciera falta otra “razón” para odiarnos) su incapacidad para tener una pareja en el “amor romántico” por ello hemos dicho hasta la saciedad en distintos espacios que como feministas debemos desarticular al “asignaturas de género” por sexo. Pues es tan nociva la dicotomía tanto para mujeres como para los hombres, dicotomía que además nos cosifica en el “cumplimiento” de estándares de belleza a ambos sexos.
Algunas, otras comunidades INCELS adoptan sentimientos anti judío, dado que (también) creen que el movimiento por los derechos de las mujeres fue orquestado por la comunidad judía (en y con esta vastedad de odio es que persiste la radicalidad de sus acciones extremas y letales) como verán se van sumando las “razones” que estas comunidades integradas por INCELS “justifican” sus creencias, sus interpretaciones. Sumando a esas “interpretaciones, razones” con la biología, la psicología en las que buscan para apoyar sus tesis. Cuando la biología como la psicología son ciencias con la rigurosidad científica de la observación, la experimentación, la materialización y la evidencia. ¡Claro! En la búsqueda de justificar su odio los INCELS quieren “tranchete y moro” pues en estos tiempos de cultura woke, ante el embate misógino del generismo de la identidad de género. El feminismo busca (buscamos) la abolición del género, el reconocimiento del sexo como única realidad (sustentada en la ciencia y la biología) de ser reconocidas como mujeres y hombres. Sin los roles (dentro del que se encuentra la búsqueda y practica del amor romántico) tradicionales que tanto gustan y donde se sentirían tan felices los INCELs. 

Si. La investigación desde la academia ya inicio en el estudio y análisis de estas comunidades INCELs en todas las RRSS. Si para identificar sus conductas, para prevenir desde los primeros visos en el actuar de las juventudes (casi siempre menores de veinte años) como el encierro con la computadora o cualquier otro dispositivo con conexión a internet. Fragmentada la autoestima, descontentos con su propio cuerpo, aspecto físico. En su inmensa mayoría viven distintos grados en el abanico de la Depresión, Ansiedad y Stress (DASS) cuyos estudios realizados a personas INCELs obtuvieron puntuaciones más altas en depresión que los grupos promedio de la población en el mismo rango de edad que no se identifican como INCELs.

En el “manifiesto” de Elliot Rodger se encontró “No soy el típico chico encantador que a todas les gusta, soy un chico lleno de odio contra todas las mujeres por rechazarme” el 23 de mayo del 2014 asesinó a seis personas en Isla Vista, California.  Elliot tenía 22 años originario de Gran Bretaña y radicado en California. 
Las comunidades INCELs se encuentran en el ciber espacio, ese que no tiene barreras ni fronteras. Varios países tienen víctimas y actores de estos actos letales, nuestro país no es la excepción. Ante un hecho consumado en la UNAM (CCH Sur) Lex Ashton de 19 años llegó esbozado y asesinó a Jesús Israel de 16 años, Lex posteriormente se aventó de un tercer piso, y aunque hoy está hospitalizado le espera un proceso por homicidio calificado. En una semana proliferaron desde dos celulares decenas de amenazas que concluyeron con el cierre de 50 escuelas y facultades de la UNAM.

Así que ¿A quién le toca? Nos toca a todos y todas. A los gobiernos, a los centros escolares, a las juventudes y también a las familias. Asumir los retos de la conducta de las juventudes también en las redes sociales. Construyendo desde la niñez seres humanos en la integralidad.
Hasta la próxima.

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