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El 'huachicol del agua' agrava la crisis hídrica en SLP

El saqueo del agua ocurre frente a todos: pipas que venden líquido ilegal, pozos sin concesión y concesiones desviadas para la industria.

En San Luis Potosí, el robo de agua se ha convertido en el nuevo “huachicol”, una práctica que, lejos de ser marginal, está extendida y arraigada en todos los niveles, desde tomas clandestinas en fraccionamientos residenciales, hasta pozos irregulares en zonas agrícolas y el llenado ilegal de pipas que distribuyen el líquido en plena crisis.
 
Alrededor de 2 mil tomas clandestinas en SLP
En la zona metropolitana de la capital potosina se estima que existen alrededor de 2 mil tomas clandestinas, revelan datos del Interapas, el organismo operador del agua. Cada día, su personal detecta entre tres y seis conexiones ilegales, distribuidas en colonias como Villa Magna, Lomas y el Barrio del Montecillo.
 
El robo no se limita a las tuberías urbanas. En la Huasteca potosina, agricultores han instalado bombas sin autorización en ríos y arroyos para regar caña y otros cultivos, mientras que en otras zonas se han identificado pozos perforados sin concesión, especialmente en la comunidad de La Florida, hoy bajo investigación por parte del propio Interapas.
 
"Huachicol en las pipas"
A la par del robo directo en las redes de distribución, el especialista advierte otro fenómeno preocupante, el huachicol en las pipas de agua. “Muchas pipas que circulan por la ciudad se abastecen de pozos clandestinos. No es legal que un pozo destinado a uso agrícola se utilice para llenar pipas y vender agua a la población”, explica Antonio Cardona, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP
 
Esta práctica, aunque aparentemente soluciona la escasez momentánea, está profundizando el deterioro de los acuíferos y favoreciendo el mercado negro del agua, que opera sin control ni regulación sanitaria.
 
La sobreexplotación del suelo: una bomba ambiental en marcha
San Luis Potosí enfrenta una sobreexplotación severa de su manto freático. Entre 2020 a la fecha se tiene un registro de 528 aprovechamientos de agua, de los cuales 300 corresponden a pozos profundos, y seis fueron perforados en 2023 por el Ayuntamiento capitalino, con profundidades de hasta 700 metros, según registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
 
La sobreexplotación no solo reduce los niveles del acuífero, sino que aumenta la concentración de arsénico y fluoruro en el agua de consumo humano, mientras que el líquido de mejor calidad se utiliza para riego agrícola. Actualmente, se estima que hasta el 40% del agua extraída se pierde antes de llegar a los hogares debido a fugas y tomas ilegales.
 
Detectan 19 concesiones de agua con posible uso irregular en SLP
La Conagua en San Luis Potosí detectó al menos 19 concesiones hidroagrícolas que podrían estar siendo utilizadas con fines distintos a los autorizados, informó su titular estatal, Darío Fernando González Castillo.
 
El funcionario federal explicó que estos casos se ubican, en su mayoría, en la Zona Industrial de la capital potosina, donde se presume que los permisos otorgados originalmente para riego agrícola estarían siendo aprovechados para actividades comerciales, industriales o recreativas.
 
Endurecerán penas por "huachicol de agua" y abusos en permiso
El gobierno federal endurecerá la Ley de Aguas Nacionales (LAN) para castigar el "huachicoleo de agua" y a quien obtenga beneficios a través de cambios en los títulos de propiedad, haga uso indebido u obtenga concesiones mediante sobornos.
 
El anteproyecto de ley, disponible en línea en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), prevé el retiro de títulos de concesión, una severidad mayor, al elevar las multas de 2 millones a 5 millones, y penas de cárcel de hasta 12 años. En el documento se señala que el objetivo es garantizar el acceso al agua para todos los sectores de la sociedad civil a través del fortalecimiento de sanciones a prácticas que afectan la disponibilidad del recurso.
 
El "huachicol del agua" no solo representa un delito ambiental, sino una metáfora del colapso de la gestión pública en San Luis Potosí. Robo, impunidad, negligencia técnica y falta de transparencia conforman un círculo vicioso que amenaza con convertir la escasez en una crisis estructural e irreversible.
 
El saqueo del agua no ocurre en la oscuridad, ocurre a plena luz, ante la pasividad de las instituciones. Mientras el subsuelo se agota y las fugas se multiplican, las autoridades siguen apostando por perforar más pozos, en lugar de reparar los daños, castigar los robos y transparentar los datos.
 
 
 
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