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Jarritos conquista Corea del Sur con sabor, color y K-Dramas

El refresco mexicano Jarritos, conocido por su sabor auténtico, su vibrante paleta de colores y su identidad cien por ciento nacional, está viviendo un boom internacional en nada menos que Corea del Sur, donde se ha convertido en una de las bebidas más virales del momento.
 
Gracias a ingeniosas campañas de mercadotecnia inspiradas en los K-Dramas y la ola Hallyu, la marca mexicana ha logrado conectar con el público joven coreano, combinando su esencia tradicional con un lenguaje visual y emocional adaptado a las nuevas audiencias.
 
“You’re my Soda Pop, my little Soda Pop”
 
Una de las frases más populares de su campaña —"You're my Soda Pop, my little Soda Pop"— se ha vuelto tendencia en redes sociales coreanas. El eslogan juega con la dulzura y el cariño característicos del estilo romántico de los dramas asiáticos, aludiendo al amor juvenil y a los pequeños momentos que “burbujean” como una soda fresca.
 
Este enfoque ha convertido a Jarritos en un símbolo de ternura y frescura, encajando perfectamente con la estética emocional y visual de la cultura pop coreana.
 
“Queríamos crear un puente entre lo mexicano y lo coreano. En ambos países hay pasión por los sabores únicos, los colores vivos y las historias que se sienten con el corazón”, explicó un vocero de la marca.
 
Sabor mexicano con corazón global
 
La expansión de Jarritos en Asia forma parte de una estrategia internacional que busca posicionar al refresco como un embajador de la cultura mexicana. En Corea del Sur, su éxito se ha visto impulsado por su presencia en cafeterías temáticas, tiendas de productos importados y apariciones en videos de influencers y actores locales.
 
Los sabores más populares entre el público coreano son mandarina, tamarindo y guayaba, aunque muchos consumidores los compran más por su colorido diseño retro y su estética “cute” que por la bebida en sí.
 
En redes como TikTok y Instagram, cientos de jóvenes coreanos comparten videos probando Jarritos por primera vez, acompañados de música de K-Pop o recreando escenas románticas de sus dramas favoritos.
 
Un caso de éxito en marketing intercultural
 
Expertos en mercadotecnia consideran este fenómeno un ejemplo de cómo las marcas mexicanas pueden adaptarse a las tendencias globales sin perder su identidad.
Jarritos ha sabido aprovechar la nostalgia visual, la fuerza del storytelling y la conexión emocional para posicionarse más allá de lo gastronómico, convirtiéndose en un ícono cultural.
 
La combinación de sabores tradicionales de México con la narrativa sentimental de los K-Dramas ha resultado irresistible para la generación Z surcoreana, que ve en Jarritos una mezcla de autenticidad, color y alegría.
 
Del barrio al mundo
 
Nacido en México hace más de 70 años, Jarritos ha pasado de ser “el refresco del pueblo” a una marca global, presente en más de 40 países.
Hoy, su éxito en Corea del Sur demuestra que el sabor mexicano puede cruzar fronteras y conquistar corazones, sin importar el idioma.
 
Con cada botella, Jarritos no solo exporta una bebida, sino también un pedacito del espíritu alegre, colorido y optimista que define a México.
 
“Es increíble ver cómo algo tan nuestro se convierte en parte de otra cultura. Jarritos ya no es solo una bebida mexicana… ahora es también una historia coreana.”
 
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