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Entre rezos, música y memorias: el corazón franciscano late en Soledad

La verbena popular unió a más de un millar de personas que celebraron a su santo y a su barrio

San Luis Potosí, SLP.- En el atardecer del 4 de octubre, las calles de la colonia San Francisco se llenaron de vida, aroma a incienso y recuerdos compartidos. Como cada año, la comunidad de Soledad de Graciano Sánchez volvió a encontrarse en torno a su santo patrono, San Francisco de Asís, en una celebración que va más allá de la fe, una tradición que ha tejido generaciones enteras desde hace casi seis décadas.

El padre David Grimaldo Cruz, actual párroco del templo, recordó que las festividades datan de 1965, cuando la parroquia apenas comenzaba a levantarse entre la devoción y el esfuerzo de los primeros vecinos. Hoy, aquellos cimientos se transforman en una comunidad que, año tras año, revive la historia de su santo con el mismo entusiasmo que los fundadores.

Este 2025 las festividades cobraron un matiz especial, la Iglesia conmemora los 800 años de la muerte de San Francisco de Asís, dentro del año jubilar franciscano. Por ello, la parroquia soledense ha sido propuesta como una de las puertas jubilares, un reconocimiento que fortalece el vínculo espiritual de esta comunidad con la figura del santo de la humildad.

“Es una bendición muy grande para todos nosotros”, expresó el sacerdote con emoción tras la misa solemne. Desde las primeras luces del día el templo fue testigo de las mañanitas, peregrinaciones, y oraciones que culminaron en la misa de la noche, donde los fieles agradecieron por un año más de vida, de fe y de esperanza compartida.
Entre puestos ambulantes, antojitos y música de banda, la verbena popular volvió a unir a más de un millar de personas que celebraron no solo a su santo, sino también el sentido de pertenencia que da nombre y alma al barrio.

Aunque en otras parroquias la tradición dicta bendecir a los animales, en esta comunidad la práctica se mantiene más íntima, algunos vecinos acuden con sus perros, gatos o aves para recibir un gesto de fe que, aunque sencillo, refleja el espíritu franciscano del amor por toda la creación.

Así, entre plegarias y fuegos artificiales, la Parroquia de San Francisco de Asís reafirmó su papel como guardiana de la memoria y el espíritu comunitario. Porque más allá del paso del tiempo, la devoción sigue encendida, como una vela que ilumina no solo el templo, sino el corazón de un pueblo que no olvida sus raíces.

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