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Julia Roberts regresa a la pantalla grande

Hace 35 años, con 22 años recién cumplidos, una actriz que apenas tenía cuatro películas en su haber se convirtió en una estrella de cine como hacía décadas que Hollywood no conseguía.

Cargada de un talento interpretativo notable pero sobre todo de un carisma que iluminaba la pantalla sin esfuerzo, Julia Roberts sigue habitando esas alturas. La ‘mujer bonita’ cuatro veces nominada al Oscar y ganadora del premio por su trabajo en Erin Brockovich lleva más de la mitad de su vida en lo más alto de la industria audiovisual, así que cuando aparece en escena durante la conferencia de prensa organizada para la prensa internacional -de la que participó LA NACION vía Zoom- todas las miradas se dirigen a ella.

Aunque no se trate de una ficción sino de “la vida real” -o lo más parecido a ella teniendo en cuenta la artificialidad de la reunión-, Roberts está en el centro de la escena. Una posición que asume con cierta incomodidad, aunque intente enmascararla detrás de famosa sonrisa. Esa sonrisa que casi no aparece en Cacería de brujas, el film que se estrena el próximo jueves, dirigido por Luca Guadagnino, el realizador italiano que la acompaña en la charla con la prensa, de la que también participan su coprotagonistas Ayo Edibiri y Michael Stuhlbarg, y la guionista Nora Garrett.

En la trama de Cacería de brujas no hay mucho espacio para el humor: se trata de un drama que sigue a Alma (Roberts), una profesora de filosofía de la prestigiosa Universidad de Yale que a punto de conseguir el ascenso por el que trabaja hace años queda envuelta en un caso de abuso sexual que involucra a Maggie (Edibiri), una de sus alumnas dilectas y a Hank, su colega y confidente, interpretado por Andrew Garfield.

Estrenado en el festival de cine de Venecia y presentado en el de Nueva York la semana pasada, el film plantea un escenario en el que la idea de la verdad, la mentira, la ambición, el privilegio de clase y el feminismo son cuestionadas desde el comienzo. Temáticas de las que Roberts está dispuesta a contestar, aunque en ocasiones lo haga con el ceño fruncido.

 

 

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