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Cámara de videovigilancia tomó a presunto asaltante recurrente

Una ola de robos violentos en la zona Tének, en el municipio de Ciudad Valles, ha encendido las alertas entre los vecinos. Este sábado, un negocio de materiales ubicado en el ejido Rancho Nuevo fue asaltado por un sujeto armado que se desplazaba en motocicleta, presuntamente el mismo que ha perpetrado varios atracos en las últimas semanas.
 
De acuerdo con los reportes, el individuo ingresó al establecimiento portando un arma de fuego y exigió el dinero de la venta del día. Tras cometer el robo, huyó a toda velocidad con rumbo hacia la sierra, sin que hasta el momento haya sido localizado.
 
Gracias a las cámaras de videovigilancia del propio negocio, se logró captar una imagen nítida del presunto ladrón, lo que ha permitido que su rostro comience a circular entre los habitantes y autoridades de la región.
 
Según testimonios de pobladores, el hombre sería responsable de al menos seis robos con violencia en distintas comunidades de la cordillera Tének, donde motociclistas, comerciantes y un chofer de transporte mixto han resultado afectados.
 
La creciente inseguridad ha generado indignación y enojo entre los habitantes, quienes aseguran estar hartos de los constantes delitos y de la falta de respuesta de las autoridades.
 
Algunos pobladores han advertido que, si lo vuelven a sorprender delinquiendo, podrían hacer justicia por su propia mano.
 
La tensión social aumenta día con día, mientras los afectados exigen la intervención inmediata de la Guardia Civil Estatal y de la Policía de Investigación para dar con el responsable, antes de que ocurra una tragedia.
 
El caso, que ya circula en redes sociales, ha reavivado el debate sobre la falta de patrullaje y vigilancia en las comunidades indígenas del municipio, donde los pobladores aseguran que las autoridades “solo llegan cuando todo ya pasó”.
 
Las autoridades aún no confirman si el presunto delincuente pertenece a una banda organizada o actúa de manera independiente, pero la presión social crece y la exigencia es clara: detenerlo antes de que la desesperación provoque un estallido en la zona Tének.
 
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