El próximo documental de Paramount+, Ozzy: No Escape From Now, revela uno de los capítulos más oscuros en la vida del fallecido Ozzy Osbourne, el legendario vocalista de Black Sabbath, conocido como el "Príncipe de las Tinieblas".
En la producción, según Us Weekly, Osbourne confiesa que la cirugía de cuello a la que se sometió tras una caída en 2019 lo llevó a una profunda depresión, al grado de considerar terminar con su vida.
"La idea de no dar más conciertos me sumió en una profunda depresión", dice Ozzy en el documental. "De hecho, ahora tomo antidepresivos. Porque estaba a punto de suicidarme en algún momento".
El músico falleció el 22 de julio de 2025, a los 76 años, semanas después de ofrecer un concierto de despedida con Black Sabbath. El documental detalla cómo la operación, que buscaba reparar daños ocasionados por un accidente de ATV en 2003, resultó fallida y empeoró su salud.
A pesar del dolor, Osbourne admite que su miedo a "no completar el acto" lo frenó:
"Me lo planteo y pienso: '¿De qué coño estás hablando?'. Porque conociéndome, lo haría a medias y estaría medio muerto. O sea, no moriría. Esa es mi suerte".
Sharon Osbourne, su esposa de 72 años, explica que la cirugía fue demasiado "agresiva" y que se colocaron tornillos y placas metálicas "innecesarias" que terminaron causando más daño. "Otro médico intentó curarlo, pero el daño principal ya estaba hecho", añadió.
Su hijo Jack Osbourne, de 39 años, también reflexiona sobre el deterioro de su padre:
"El Parkinson está progresando, pero el principal problema es el daño nervioso causado por la mala cirugía de cuello. Ese maldito médico le quitó la capacidad de moverse".
El documental no solo muestra esta etapa dolorosa, sino que también contextualiza la vida y legado del ícono del heavy metal, incluyendo las polémicas sobre un presunto pacto suicida entre Sharon y Ozzy, que su hija Kelly desmintió en redes sociales en julio.