Las autoridades sanitarias en México duplicaron los procesos de inspección para las unidades acopiadas en el sureste y trasladadas a centros de engorda
Tras la detección de un caso de gusano barrenador de ganado en Nuevo León, las autoridades sanitarias en México duplicaron los procesos de inspección para las unidades acopiadas en el sureste y trasladadas a centros de engorda.
Sin embargo, el personal disponible y la infraestructura para hacer la inspección adicional es el mismo de siempre, lo cual ha provocado que los periodos de supervisión se prolonguen hasta por 30 horas y que se incrementen a 10 días el tiempo en corrales de acopio.
Lo anterior ha causado un detrimento del bienestar de las cabezas de ganado y ha aumentando la mortandad por los procesos de espera, alertó Enrique López, director general de la Asociación Mexicana de Productores de Carne (AMEG).
"En esta segunda inspección en Catazajá y Paralelo 18 (Chiapas) la capacidad de inspección no creció, continuó con tres bandas de verificaciones y eso propició que a partir del 22 de septiembre se duplicaran las filas de ganado esperando arriba de la jaula.
"Eso es, 12, 18, 24, 30 horas con animales a una temperatura ambiente de 40-45 grados aprisionándose y lastimándose entre ellos, afectando el bienestar y la sanidad animal por falta de infraestructura", acusó el directivo en entrevista reciente.
Para los engordadores de ganado, mientras que la mortandad entre el acopio y el traslado en promedio era de 8 por ciento del total transportado, actualmente la cifra se elevó a 15 por ciento de merma, es decir, de cabezas de ganado que incluso fallecen en sólo el proceso de inspección.
"Una jaula de ganado lleva 21 toneladas, que valen un millón 770 mil pesos con los animales adentro.
"Teníamos una merma normal de 8 por ciento y se fue a 15, esto equivale a 120 mil pesos de pérdida, pero si además llegó un 2 por ciento de animales enfermos ya me fui a 150 mil, pero si además se murieron otros tres, ya me fui 200 mil pesos por jaula", detalló Enrique López.