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La maldita vecindad

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Y QUISIERA ESTAR HABLANDO DE la apoteósica banda de Santa María la Ribera en la Ciudad de México, pero me refiero a un lugar más triste y sin música, amigo lector, que es finalmente esa relación de México con Estados Unidos, que se ha vuelto más difícil, más ríspida, de un odio racial inusitado que siempre ha estado ahí y que hoy, como no se había visto hace mucho, el “i need you but i don’t want you” (te necesito pero no te quiero) es más claro, más cierto.

LA CACERÍA MIGRATORIA DEL gobierno del presidente Donald Trump resultó en los últimos días, en la muerte de una persona de 32 años, potosino, tras un ataque a tiros en una estación aduanal en el Estado de Texas.

Y AL TIEMPO QUE MUCHOS DICEN que es necesario que el gobierno federal mexicano asuma una postura más firme y enérgica ante los abusos y la violación de derechos humanos, la pregunta que surge de inmediato es ¿Como qué?

Y ES TAN TRISTE COMO SIMPLE AL tiempo de entender esta relación bilateral como una subordinación arraigada por años, que no nos permite pensar en exigir nada porque siempre hemos sido sirvientes.

Y ESO ES LO QUE MÁS DUELE, porque ahora que se requiere que tengamos una posición que refiere respeto, solamente nos han dejado callados y más observando los que pasa con los nuestros al otro lado de la frontera.

Y BUENO, YO EN MI HUMILDE opinión, podría estar de acuerdo en que finalmente es su país y que allá son sus reglas y que en ese sentido nosotros debemos ser respetuosos, aunque se trate de la vida o el atropello.

BIEN PODRÍA ESTAR DE ACUERDO sin duda alguna, repito, de no ser porque como antecedente inmediato sabemos también, que a nuestro vecino no le tiembla la mano cuando se trata de un abuso, maltrato y algunos casos la muerte de alguno de los suyos en México, como ocurrió con la muerte del agente del ICE, Jaime Zapata, que fue acribillado en la Carretera 57, en el 2011 y hasta se supo que la mismísima Janeth Napolitano, estuvo en tierras potosinas, hasta llevarse por helicóptero Black Hawk a sus asesinos, quienes lo habrían confundido con rivales en la guerra de la delincuencia.

POR ESO NO HAY COMPARACIÓN ni siquiera mínima en nuestras posiciones, hemos tenido esta vecindad con Estados Unidos que muchos creyeron idílica, pero no esperaban un cambio tan radical y se ha vuelto maldita, o siempre lo ha sido y a eso se referían los músicos del Ska, y no a una situación de las viviendas que en aquellos años llamábamos vecindades.

PORQUE SABRÁ USTED AMIGO lector, los que saben de este tipo de situaciones, han pronosticado que la tirantez migratoria que se vive en estos momentos, es tan solo un comienzo.

Y SI PORQUE SE CREE QUE LAS nuevas generaciones en la política norteamericana vienen siguiendo los pasos de Donald Trump, incluso con una derecha mucho más radical.

Y ES QUE DESDE HACE DOS siglos la relación de entre Estados Unidos y México siempre ha estado rodeada de pragmatismo que refieren a latente sospecha de la que somos objeto los mexicanos, ante los ojos norteamericanos y el abusivo gandalla que se ha convertido también nuestro vecino, ante los ojos de muchos mexicanos con la misma antigüedad.

LA FRASE "UNA NACIÓN DE inmigrantes" resuena con fuerza en el imaginario colectivo estadounidense, evocando la idea de un país construido sobre la diversidad y la inclusión. Sin embargo, esta narrativa tan arraigada en la identidad nacional, enfrenta desafíos constantes.

COMO SEÑALA EL ESCRITOR Greene, "Nos contamos historias como una nación. Una de ellas es que somos una tierra de inmigrantes. Pero en momentos de crisis, a menudo nos resulta difícil cumplir las promesas hechas en esas historias".

ESTE DILEMA SE MANIFIESTA EN la historia de Estados Unidos, donde la política migratoria ha oscilado entre la apertura y el rechazo. El historiador Peter Hayes, en su obra "Estados Unidos y el Holocausto", apunta a una verdad inquietante: excluir a los inmigrantes ha sido "tan estadounidense como el pastel de manzana".

ESTA AFIRMACIÓN NOS LLEVA A cuestionar la autenticidad de la imagen de un país acogedor.

¿REALMENTE HA SIDO ESTADOS Unidos un refugio seguro para todos?

LA VERDAD ES QUE HOY NO LO ES.

HASTA LA PRÓXIMA!!

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