San Luis Potosí, SLP.- En vísperas de la movilización convocada por colectivos universitarios para este 2 de octubre, el vocero del Arzobispado de San Luis Potosí, Tomás Cruz Perales, llamó a los jóvenes a manifestarse con conciencia y pleno conocimiento del contexto histórico que conmemoran, así como de las causas actuales que motivan la protesta.
El representante de la Iglesia señaló que la masacre de estudiantes en 1968 debe ser recordada no solo como una fecha simbólica, sino como un recordatorio de los abusos cometidos contra la ciudadanía y la importancia de defender los derechos humanos. “Ojalá que sea una experiencia donde incluso las nuevas generaciones estén al tanto de qué se trata, porque ha habido ocasiones en que los jóvenes se manifiestan y ni saben de qué se trata”, expresó.
Cruz Perales subrayó que la manifestación no debe perder de vista las motivaciones históricas que dieron origen a este movimiento social, y al mismo tiempo exhortó a que la protesta mantenga relación con los problemas actuales que enfrenta la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), como el adeudo millonario que el Gobierno del Estado mantiene con la institución.
Asimismo, pidió abrir espacio al diálogo entre las autoridades universitarias y el gobierno estatal, a fin de buscar una solución a la retención de recursos federales que no han sido entregados a la máxima casa de estudios. “Que se le dé la oportunidad de reivindicación al Estado para que entregue ese dinero que la federación manda y que no ha llegado a la Autónoma”, puntualizó.
La Comunidad Estudiantil por la Dignidad (CED) emitió un posicionamiento en respuesta al comunicado oficial de la UASLP, que en días pasados se deslindó de marchas y protestas. El colectivo estudiantil reprochó a la institución su silencio frente a la crisis financiera, las decisiones cupulares y la falta de transparencia.
En su mensaje, los estudiantes recalcaron que conmemorar el 2 de octubre es una responsabilidad social de la Universidad y denunciaron que la administración se ha mantenido cercana a los intereses de la Rectoría y de las autoridades estatales, en lugar de defender los de su comunidad.
Mientras tanto, la Universidad ha reiterado que el camino para resolver el problema financiero es el diálogo y la construcción de acuerdos, postura que también retoma la Iglesia al insistir en la necesidad de mantener una protesta con sentido histórico, acompañada de un proceso de interlocución que permita soluciones concretas.