Libertad de opinión
Decía una vieja frase de los políticos antediluvianos que "el que se mueve no sale en la foto". Pero eso quedó atrás. Hoy, lo que sobran son movimientos, y en San Luis Potosí los suspirantes cambian de lugar todos los días.
Cuando ya dábamos por hecho que Enrique Galindo estaba fuera del PRI, todo dio un giro. Alito Moreno vino a San Luis Potosí para intentar curar heridas y recomponer lo casi destruido. El objetivo era salir en la foto todos bien juntitos. Esta jugada no le cayó nada bien a la dirigencia del PAN, que aseguraba tener a Galindo en la bolsa desde hace tiempo.
En Morena, también se agitaron las aguas. El empresario huasteco Gerardo Sánchez Zumaya ya fue presentado “en sociedad” y hasta le tomaron la foto oficial al lado de Rita Ozalia Rodríguez. El Partido del Trabajo asegura ser leal a la 4T, pero Héctor Serrano —aunque registrado como diputado del Verde— mantiene mucho control y no sería raro que la alianza acabe en ese partido.
Mientras tanto, en el Verde, a pesar del evidente rompimiento con Morena, el mandatario estatal Ricardo Gallardo ya anticipó que en las elecciones de 2027 su partido buscará ir en alianza. Ahí está el dilema: ya no quedan muchos partidos disponibles (quizá el PT). La opción más viable parecía el PRI, pero su dirigencia nacional ya manda señales de que va por otro camino.
Con todos estos movimientos, empieza a tomar forma la posibilidad de una alianza entre el PAN y Movimiento Ciudadano. Aunque Verónica Rodríguez, dirigente del blanquiazul, insiste en seguir invitando al PRI.
Mucho movimiento, muchas fotos, diversos escenarios… pero también mucha incertidumbre.
¿Cárcel por cantar mal el himno?
Al diputado federal Juan Guillermo Rendón, de Morena, se le ocurrió la brillante idea de proponer cárcel para quien altere la letra o interpretación del Himno Nacional. Así como lo lees.
Con eso, ahora nadie va a querer cantar el himno antes de una pelea de box.
Sería interesante poner a cantar completo el himno a los 500 diputados federales; probablemente más de uno acabaría tras las rejas. En este país, es más fácil que alguien termine en prisión por equivocarse al cantar el himno que por cometer actos de corrupción.