EL PASADO 17 DE SEPTIEMBRE, el gobierno de México publicó en el Diario Oficial de la Federación la convocatoria para participar en el proceso de consulta pública rumbo a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
CON ESTE ACTO SE ABRE UNA etapa crucial para el futuro de la integración económica de América del Norte, pues permitirá recabar la voz de todos los sectores interesados en evaluar el funcionamiento del acuerdo que ha marcado la dinámica comercial de nuestra región en los últimos cinco años.
EL T-MEC, QUE ENTRÓ EN VIGOR en 2020, establece en su artículo 34.7 que en 2026 se realice una revisión conjunta para determinar ajustes y proyecciones de largo plazo. A diferencia de negociaciones anteriores, donde la participación del sector privado se limitaba a un reducido “cuarto de junto”, esta vez el proceso será más abierto e inclusivo.
LA SECRETARÍA DE ECONOMÍA HA convocado a más de treinta sectores productivos y a los gobiernos estatales, reconociendo que la competitividad de México no depende únicamente de decisiones federales, sino también de las experiencias y capacidades locales.
LA IMPORTANCIA DE ESTA apertura es mayúscula. San Luis Potosí, por ejemplo, se ha consolidado como un nodo estratégico en la industria automotriz y manufacturera.
LAS OPINIONES DE EMPRESARIOS, trabajadores, universidades y autoridades estatales serán determinantes para identificar oportunidades y también para señalar desafíos que aún persisten en reglas de origen, cadenas de suministro resilientes, transición energética o políticas ambientales comunes.
EL CONTRASTE CON ESTADOS Unidos es notorio. Mientras nuestro país impulsa una consulta amplia, la Representación Comercial de aquel país (USTR) ha planteado objetivos más concretos, vinculados a seguridad económica y liderazgo tecnológico. Ello obliga a México a llegar con posiciones claras, sólidas y respaldadas por la mayor diversidad de actores posibles.
DESDE EL SENADO SEGUIREMOS este proceso con atención. La Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, que presido, entiende que el T-MEC no es solo un documento comercial. Es también un instrumento de desarrollo regional, de cooperación laboral y de defensa de los derechos de quienes participan en el intercambio económico.
PARTICIPAR EN LA CONSULTA ES UN ejercicio democrático. La competitividad de México y la prosperidad de San Luis Potosí dependen de que nuestras propuestas sean escuchadas.
EL FUTURO DE LA RELACIÓN CON nuestros vecinos no se define únicamente en mesas de negociación, sino en la capacidad de todos los sectores de hacer valer su voz.