Priscilla Presley recordó con tristeza cómo ella y la familia de Elvis Presley no pudieron llorar en privado tras la muerte del "Rey del Rock and Roll" hace 48 años, debido a la falta de privacidad.
En sus nuevas memorias, "Softly, As I Leave You: Life After Elvis", la actriz, de 80 años, relató cómo el funeral público y la multitud de fanáticos que acudieron a Graceland la dejaron sin espacio para procesar su dolor.
"No había privacidad para los más cercanos a él, incluida la familia. Personas y cámaras rodearon la propiedad. Los dolientes esperaban a que se les permitiera entrar a la casa para una vista pública del ataúd abierto de Elvis", escribió.
Elvis, quien falleció de un paro cardíaco el 16 de agosto de 1977 a los 42 años, recibió un funeral público en su casa de Memphis, Tennessee, dos días después.
La ceremonia fue televisada a nivel nacional, y miles de fanáticos hicieron una peregrinación a Graceland para presentar sus respetos.
"Al segundo día, la multitud era tan numerosa que el presidente Jimmy Carter llamó a la Guardia Nacional Aérea para ayudar a la policía local", recordó Priscilla.
Posteriormente, se celebró un funeral privado en la sala de estar y la sala de música de Graceland. Priscilla relató que junto al padre de Elvis, Vernon Presley, y su hija Lisa Marie, de 9 años en ese entonces, esperaron hasta poder estar a solas con el cantante para despedirse.
"Lisa y yo esperamos hasta que pudiéramos estar a solas con Elvis para despedirnos Luego, cada una lo besamos por última vez", afirmó Priscilla.
La actriz, quien estuvo casada con Elvis de 1967 a 1973, confesó que "una gran parte de mí murió" con el cantante.
"No podía aceptar su fallecimiento. Sentía que Elvis siempre estaría ahí. Era una fuerza de la naturaleza", aseveró.
Priscilla y Elvis se casaron en Las Vegas en 1967, pero se divorciaron en 1973. Aun así, la actriz admite que su vínculo con el cantante fue profundo y duradero, y que los recuerdos de aquel día todavía permanecen vivos.
"Salir en la limusina y ver las calles alineadas a ambos lados hasta el cementerio veías gente llorando, histérica, desmayándose y así de impactante fue, y sigue siéndolo hasta el día de hoy", expresó.