Si ya de por sí el espacio fiscal es poco, hacia delante se verá todavía más reducido si no se realiza una reforma fiscal estructural, anticipó el área de Estudios Económicos de BBVA México
Si México continúa sin hacer ajustes fiscales significativos, como los previstos en el Paquete Económico para 2026, la deuda pública alcanzaría 58 por ciento del PIB para 2030 y el País podría perder el grado de inversión, algo que afectaría a familias y empresas, advirtió el área de Estudios Económicos de BBVA México.
Si ya de por sí el espacio fiscal es poco, hacia delante se verá todavía más reducido si no se realiza una reforma fiscal estructural, anticipó el economista.
"Si no hay una reforma fiscal significativa, si seguimos en un escenario inercial, que sigamos con déficits ampliados de alrededor de 4 por ciento y con los bajos crecimientos que estamos asumiendo es posible que nos aproximemos de acuerdo a nuestro estimado a un cociente de deuda contra PIB del 58 por ciento para 2030 y ahí sí puede haber cierta probabilidad de que se pierda el grado de inversión para al menos una de las calificadoras.
"Perder el grado de inversión sí podría traducirse en algún aumento en el costo de financiamiento para el Gobierno federal y eso se traduciría en un mayor aumento en el costo de financiamiento para las empresas y para las familias", advirtió Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México.
Exhortó a evitar esta situación con la implementación, lo antes posible, de una reforma fiscal profunda en el País basada en reducir los altos niveles de informalidad y repensar el impuesto a la propiedad.
El País ha venido perdiendo espacio fiscal por mayores presiones al gasto debido a la carga de las pensiones, ya que mientras que hace 25 años se destinaba un punto del Producto Interno Bruto (PIB) a pagar jubilaciones, ahora ya se destinan cuatro puntos del PIB y este gasto seguirá creciendo, expuso Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México.
Otro factor que explica el menor espacio fiscal son los ingresos petroleros que han venido disminuyendo por la problemática de Pemex y los apoyos que el Gobierno federal ha tenido que dar a la petrolera y este año serán todavía mayores, dimensionó el economista en la presentación del Informe Situación México.
México, indicó, tiene un problema con esto pues entre las naciones de la OCDE, es el que menos recauda.
"Mientras dos terceras partes de las empresas sean informales no podemos aspirar a tener una recaudación elevada entonces creemos que una reforma fiscal debería pasar por reducir la informalidad, por aumentar la digitalización y en ese sentido, por reducir el uso del efectivo, eso creemos que podría aumentar de forma notoria la recaudación", comentó.
En los países de la OCDE, el impuesto a la propiedad recauda cuatro puntos del PIB, mientras que en México solamente es 0.4 por ciento.
"Solamente tener una recaudación eficiente del impuesto a la propiedad sería en sí una reforma fiscal muy profunda entonces creemos que por ahí habría que ir y eso podría resultar en que tuviéramos una moderación en ese crecimiento de la deuda como porcentaje del PIB y podría hacer que entre otras cosas se evite, y estamos a tiempo de hacerlo el que se pierda el grado de inversión", expuso.
En consideración de BBVA, 2026 representa un espacio importante para realizar una reforma fiscal en el País.
"Creemos que hay una buena ventana para hacerlo en 2026", finalizó.