Libertad de opinión
URGE HACER UN ANÁLISIS A LA LEY, para poner un alto al derroche y a los sueldos monumentales y completamente desproporcionados en los ayuntamientos de San Luis Potosí.
COMO EJEMPLO, VEA USTED esto: el presidente de Tamasopo, Mauricio Andrade Merchán, tiene un sueldo mensual de 140 mil pesos, este municipio cuenta con una población de 30 mil habitantes. Pero el de Xilitla, Óscar Humberto Márquez no se quiso quedar atrás y se lleva 128 mil 907. Rosa Angélica Martínez de Ciudad del Maíz también es parte de este selecto grupo y se lleva 114 mil 260 pesos.
AUNQUE LOS CABILDOS SON LIBRES de ponerse los sueldos, ya basta de abusos y debe existir un freno a lo que están haciendo.
INFORMES CON PRUEBAS, NO CON aplausos
ESTAMOS EN TEMPORADA ALTA de informes. Brotan por todos lados. Unos con más luces que contenido, otros con más discurso que resultados. Pero hay algo básico que deberían tener todos: pruebas claras y visibles. Cosas que se puedan comprobar.
PORQUE SI NO HAY EVIDENCIA, SI no hay datos duros ni fuentes verificables, lo que están haciendo no es informar: es auto-promocionarse con dinero público. Eso de maquillar la realidad y vender medias verdades es una práctica común, pero cada vez más burda.
LA CIUDADANÍA EXIGE ALGO MUY simple: cuentas claras, datos reales y menos palabrería. Y también transparencia sobre cuánto costó el evento. Porque ya muchos informes parecen fiestas privadas, pagadas con dinero de todos.
EL BOLSILLO NO MIENTE
ALGO QUE SIEMPRE ME HA llamado la atención es cómo cambia la percepción económica según el color del partido en el poder.
CON EL PRI, LOS SIMPATIZANTES decían que “íbamos bien”. Llegó el PAN, y también “íbamos bien”. Y ahora, con Morena, después de siete años sus fieles fanáticos aseguran que “vamos mejor que nunca”.
PERO EN MEDIO DE TANTA narrativa optimista, hay una sola verdad que no se puede maquillar: el bolsillo.
EL BOLSILLO NO ENTIENDE DE propaganda, ni de discursos, ni de fanatismos. Él sabe exactamente cómo están las cosas. Y a diferencia de los políticos, el bolsillo no miente.