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¿Y ahora qué?

Imágenes desde el zócalo

El tiempo avanza. Entre la llamada de Trump con Xi Jin Ping, la propuesta de elevar aranceles a productos chinos en un 50% y la reunión de Sheinbaum con Mark Carney, primer ministro de Canadá, se define el destino del país. Nuestra posición estelar en el globo aguarda; como líderesen Norteamérica, como puente con la “hispanósfera” y como innovador vínculo para el desarrollo del “Sur Global”. ¿Lograremos ocupar ese lugar que nos espera en la historia?En la redefinición del orden mundial, tenemos frente a nosotros un futuro brillante. No obstante, para alcanzarlo, primero debemos enfrentar “las sombras” que por años hemos reprimido como nación.

El psicoanalista Carl Jung, definió el concepto de “sombra”, como esa oscuridad que llevamos dentro. Son los rasgos, impulsos y emociones que forman parte de nuestra personalidad, pero que mantenemos reprimidos, pues no coinciden con nuestra autoimagen ideal. “Al confrontar y aceptar la sombra, nos volvemos conscientes de la oscuridad que llevamos dentro…Cuando reconocemos y gestionamos nuestra propia sombra, podemos reducir la necesidad de proyectarla…Integrar las partes oscuras de nuestra personalidad -incluyendo la agresividad- nos permite acceder a energías reprimidas y desbloquear nuestro propio propósito”.

Sirvan los escándalos que hemos visto en fechas recientes en torno al “huachicol fiscal”, ese trinquete que nos ha costado anualmente unos 200 mil millones de pesos del erario público, para confrontarnos con la cultura oscura que nos ha definido por décadas (diezmos, factureros, etc.). Ya sea el caso de los sobrinos de José Rafael Ojeda Durán o de “la Barredora” con Adán Augusto López Hernández, secretarios de Marina y Gobernación durante el gobierno anterior, queda claro que la corrupción y la complicidad al más alto nivel, forman parte de una forma de actuar que solo cambia de representantes y colores partidistas en cada administración.

Como si se tratase de señores feudales, “el señor de los buques”, “el señor de los tanques”, “el rey del huachicol”, integran una trama de saqueo sin precedentes. ¿Llegará hasta los hijos de AMLO? Es incierto. El castigo o la impunidad, por primera vez a los ojos de todos, no depende de la voluntad exclusiva del poder en México, sino de la construcción de narrativa impuesta desde la interacción con Estados Unidos.

Lo cierto es que, ya sea por voluntad del gobierno mexicano (necesitado de sobrevivir la marejada trumpista) o aún en contra de ésta, la erosión de la imagen de AMLO ha iniciado. Aunque nadie puede regatearle al líder tabasqueño que, de forma legítima y profunda -como pocos en la historia reciente- sembró esperanza y cariño en muchísimas personas que se sentían abandonadas, todo indica que al igual que sus predecesores, permitió excesos y traiciones. 

Entre el “Culiacanazo” cuando liberó a Ovidio y la “hidra huachicolera”, ese “venado panceado” nacido en Tabasco, desangrará de forma acelerada antes de caer finalmente.Como cada sexenio, el rey (hoy reina) construirá su trono sobre los vestigios del antecesor. En todo caso, debemos preocuparnos porque su caída genere frustración e ira entre quienes aún lo sigan. ¿Pateará de alguna forma para recordarnos -como ya lo ha dicho antes- que solo él puede controlar al tigre?

El obradorismo consolidó su presencia, gracias a las perversiones mas oscuras de nuestra sociedad. Características culturales que -como dice Jung- si no reconocemos y gestionamos, prevalecerán como anclas que impidan nuestro despegue. El caudillismo, los cacicazgos y el centralismo, dieron forma a un gobierno casi “unipersonal”. El clientelismo, la cargada y el cortoplacismo, cimentaron la ausencia de corresponsabilidad ciudadana. El “cochupismo”, el “carranceo” y el “chayotismo”, afloraron entre quienes vieron la oportunidad de aprovecharse. Sin comprender estas áreas obscuras de nuestra psicología colectiva, para modificarlas, todo será cosmético y superficial.

Hoy tenemos la oportunidad de ir más allá de la coyuntura, la crítica y el señalamiento de culpables. El movimiento social que hoy requiere el país para reconciliarse consigo mismo y asimilar de forma evolutiva sus sombras, es uno que busque “Sanar a México”.

Se requiere una nueva síntesis que piense la igualdad con libertad, que entienda al trabajador y al empresario como uno mismo, que comprenda la soberanía con integración. Habrá que constituir células en todo el territorio nacional, para discutir éstasideas y organizarnos, para tomar consciencia responsable y hacernos cargo de las sombras que nos aquejan. Por cierto, sería extraordinario que Claudia Sheinbaum, también participe en la construcción de esta ruta.

 

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