El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó este martes como "buenas noticias" que el programa televisivo del comediante Jimmy Kimmel haya sido cancelado de la cadena ABC, luego de que en una de sus emisiones se refiriera a la muerte del activista conservador Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre.
"El programa de Kimmel, con sus bajos índices de audiencia, está cancelado; felicidades a ABC por finalmente tener coraje", dijo Trump a través de su cuenta oficial en la red Truth Social.
El mandatario calificó a Kimmel como "un completo perdedor" e hizo énfasis en que, según él, sus índices de audiencia "son pésimos".
El programa Jimmy Kimmel Live, transmitido por las noches en ABC, cadena propiedad de Disney, fue cancelado luego de que el lunes el presentador se burlara del impacto que la muerte de Kirk tuvo en el presidente Trump, y emitiera un clip grabado la semana pasada en el que un periodista le pregunta al mandatario cómo estaba afrontando el asesinato y él responde: "Creo que muy bien", pasando directamente a hacer comentarios sobre la construcción de la nueva sala de baile de la Casa Blanca.
En esa misma emisión, Kimmel dijo que "la pandilla MAGA trató desesperadamente de tildar a este muchacho (Tyler Robinson), que asesinó a Charlie Kirk, de cualquier cosa menos de ser uno de ellos y de hacer todo lo posible por sacar rédito político".
Nexstar, la compañía responsable legalmente de ABC, emitió un comunicado en el que afirmó que "se opone firmemente a los recientes comentarios hechos por el Sr. Kimmel sobre el asesinato de Charlie Kirk y reemplazará el programa con otra programación en sus mercados afiliados a ABC".
Trump aprovechó su mensaje sobre la cancelación del programa de Jimmy Kimmel para pedir también la suspensión del espacio nocturno de Seth Meyers en NBC, al que calificó de "perdedor" y criticó por sus bajas audiencias y cobertura mediática que considera sesgada.
Estas acciones del mandatario contra personas de los medios de comunicación se suman a su demanda multimillonaria contra The New York Times y a su episodio de callar a un reportero australiano en la Casa Blanca cuando le cuestionó sobre sus negocios.