Si el tribunal así lo requiere, Taylor Swift podría ser obligada a prestar declaración jurada en el caso legal entre Justin Baldoni y Blake Lively, según reveló este viernes Variety.
El equipo legal de Baldoni presentó una solicitud judicial el jueves solicitando una prórroga para poder coincidir con la agenda de la cantante, pero aún no se la ha concedido.
De ser obligada, la intérprete de "Bad Blood" prestaría declaración jurada fuera del juzgado y probablemente el equipo de Baldoni podría preguntarle sobre cualquier conversación que haya tenido con Lively sobre las condiciones en el set de rodaje de Romper el Círculo y cualquier otra conversación relevante para el caso.
"Como saben los abogados de las partes, desde el inicio de este asunto hemos mantenido sistemáticamente que mi cliente no tiene ningún papel material en esta acción", escribió el equipo de Swift al juez Lewis Liman, este viernes.
"Además, mi cliente no accedió a declarar, pero si se ve obligada a hacerlo, les compartimos (tras conocer la información sobre la declaración hace apenas tres días) que su agenda se adaptaría al tiempo requerido durante la semana del 20 de octubre si las partes lograban resolver sus disputas".
La parte de Baldoni solicitó al tribunal el jueves que extendiera el plazo para la presentación de pruebas para dar cabida a la "testigo independiente Taylor Swift, quien aceptó comparecer para declarar, pero no puede hacerlo antes del 20 de octubre", según documentos judiciales obtenidos por varios medios.
Lively, por su parte, llamó al cofundador de Wayfarer Studios, Steve Sarowitz, y a Baldoni para declarar. Su equipo también ha solicitado los mensajes de Signal de Sarowitz y Melissa Nathan, que se les entregarán el viernes.
Un año después del estreno del filme Romper el Círculo, la complicada batalla legal entre Lively y Baldoni está más ardiente que nunca. Lively demandó a Baldoni, su director y coprotagonista en la película, por acoso sexual y represalias, alegando que él, junto con los productores y publicistas del filme, lanzó una campaña de desprestigio en línea contra ella como represalia. El juicio está programado para la próxima primavera en un tribunal federal de Nueva York.