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SLP envejece rápido

En San Luis Potosí hay un geriatra por cada 27 mil 800 adultos mayores

Envejecimiento población, un desafío para el Estado

San Luis Potosí envejece, y lo hace a pasos agigantados. Sin embargo, la infraestructura médica y social para atender a las personas mayores no crece al mismo ritmo.

La falta de geriatras es un ejemplo brutal de esta brecha; mientras la población adulta mayor aumenta año con año, la formación y contratación de especialistas sigue siendo mínima.

Hoy existen en la entidad potosina 361 mil adultos mayores y únicamente 13 geriatras certificados, por lo que la relación es alarmante, ya que hay un geriatra por cada 27 mil 800 adultos mayores.

Si la población de más de 60 años sigue creciendo como está proyectado, en 2035 habrá 540 mil adultos mayores en San Luis Potosí. Si el número de geriatras no aumenta significativamente, cada especialista tendría que atender, en promedio, a más de 41 mil personas.

El riesgo es evidente, sin médicos capacitados para atender los complejos problemas de salud del envejecimiento, los adultos mayores serán canalizados a medicina familiar o general, donde difícilmente recibirán la atención especializada que requieren.

Esto implica más complicaciones médicas, menor calidad de vida y mayor presión sobre las familias y el sistema de salud.

El envejecimiento poblacional debería ser visto no solo como un desafío, sino como una oportunidad para generar políticas públicas que reconozcan el valor y las necesidades de este sector.

Pero mientras los números avancen y la preparación no llegue, San Luis Potosí corre el riesgo de envejecer sin especialistas que cuiden de sus viejos.

 

Existen solo 14 asilos en la entidad

En el estado existen únicamente 14 asilos registrados por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), muchos de ellos con denuncias por maltrato y sin una regulación efectiva por parte de la autoridad sanitaria.

Esto deja a miles de personas mayores en situación de vulnerabilidad, dependiendo de apoyos familiares limitados, programas sociales insuficientes o en condiciones de abandono.

En San Luis Potosí, donde tres de cada diez adultos mayores viven en pobreza y las denuncias por maltrato y abandono van en aumento, el papel del geriatra se vuelve aún más crítico. No obstante, la realidad es que estos especialistas son escasos, y su número está lejos de cubrir las necesidades de la población.

 

Esperanza de vida en SLP es de 75.5 años

En apenas 20 años, la edad promedio de la población potosina pasó de 21 años en el 2000 a 29 en 2020, reflejando un rápido envejecimiento.

Actualmente, la esperanza de vida en el estado es de 75.5 años (ligeramente por debajo del promedio nacional de 75.7), aunque con fuertes diferencias entre géneros, 78.8 años para las mujeres y 72.4 para los hombres.

Comparado con entidades vecinas, San Luis Potosí se encuentra rezagado; Aguascalientes (77 años) y Querétaro (76.4) superan su expectativa de vida. Esto significa que el estado no solo envejece rápido, sino que lo hace en condiciones menos favorables.

Cuatro de cada 10 adultos mayores viven en pobreza, según datos de la Secretaría de Bienestar.

Solo 23% de las mujeres y 40% de los hombres mayores de 65 años reciben una pensión contributiva.

 

Calidad de vida debe ser una prioridad

El geriatra es el especialista médico encargado de la atención integral de las personas mayores. La geriatría es la rama de la medicina que se enfoca en la atención integral del adulto mayor, incluyendo los aspectos preventivos, terapéuticos, diagnósticos y de rehabilitación, considerando sus diversas dimensiones clínicas, emocionales, sociales y ambientales.

A diferencia de otros doctores, el geriatra no solo trata enfermedades específicas, sino que aborda los múltiples padecimientos que suelen coexistir en esta etapa de la vida: hipertensión, diabetes, demencia, deterioro cognitivo, depresión, obesidad, problemas de movilidad, enfermedades cardiovasculares y degenerativas.

Su objetivo no es únicamente prolongar la vida, sino garantizar calidad, autonomía y dignidad en el envejecimiento.

 

 

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