La reciente visita del príncipe Harry a Londres alimentó expectativas sobre un posible acercamiento con su hermano William, pero la realidad mostró lo contrario. De acuerdo con medios británicos, el príncipe de Gales evitó cualquier reunión, manteniéndose ocupado con una serie de compromisos oficiales, desde un homenaje a Isabel II en Sunningdale hasta la inauguración de un centro de salud mental en Cardiff junto a Kate Middleton.
Fuentes cercanas aseguran que William incluso rechazó invitaciones informales de Harry para conversar, temiendo que cualquier diálogo privado pueda filtrarse, como ocurrió en entrevistas y en el libro Spare.
Harry viajó solo, sin Meghan Markle, y centró su agenda en actividades benéficas, como los Premios WellChild y una donación en Nottingham. Aunque el rey Carlos III estaría dispuesto a abrir un espacio de diálogo, la postura de William luce cada vez más rígida.
A tres años de la muerte de Isabel II, la relación entre los hijos de Diana parece estancada: mientras Harry insiste en la reconciliación, William apuesta por mantener distancia y enfocarse en su rol de heredero.
