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Catar, el principal mediador entre Israel y Hamás

Catar, que siempre ha defendido su postura de reconocer a Hamás como un interlocutor válido en la necesidad de mantener canales abiertos con todo el mundo para desactivar conflictos en la región

Catar, que acoge a la dirección política de Hamás desde 2012, ha sido uno de los principales sostenes tanto de la organización como de la vida social y política de la Franja de Gaza bajo bloqueo israelí, con la connivencia tácita de las autoridades israelíes y de EE.UU.
 
Esto ha convertido al emirato en un destacado mediador, especialmente desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023, y ha sido reconocido diplomáticamente como un actor invaluable capaz de conectar posiciones inrreconciliables.
 
Catar, que siempre ha defendido su postura de reconocer a Hamás como un interlocutor válido en la necesidad de mantener canales abiertos con todo el mundo para desactivar conflictos en la región, acoge también la mayor base militar de los EE.UU en Oriente Medio.
 
De hecho, sufrió las consecuencias de esa alianza con los EE.UU al ser objetivo de los misiles lanzados desde Irán en represalia por el uso de aviones y material bélico instalado en la base estadounidense en los ataques contra las instalaciones nucleares del país persa cometidos por EE.UU e Israel.
 
En octubre de 2012, el entonces emir de Catar, el jeque Hamad Bin Jalifa al Thani, hizo la primera visita oficial de un jefe de Estado a la Franja de Gaza desde que Hamás la controlaba, y desde entonces mantuvo una incesante ayuda económica para reconstruir ese territorio, desolado tras años de ataques israelíes y aislamiento.
 
La ayuda catarí a la Franja ha sido constante desde entonces, con millones de dólares que entraban al territorio con el visto bueno de Israel y de los EE.UU, que controlaban los ingresos de dinero en efectivo que llegaban al territorio.
 
En este contexto, ya en 2018 Hamás anunció el fin de la crisis sanitaria en Gaza tras recibir suministros médicos de Catar y el compromiso de ese país de aportar nueve millones de dólares para materiales y combustible para los generadores de electricidad.
 
Por sus relaciones con Hamás y otros grupos como los Hermanos Musulmanes, así como por no plegarse a las exigencias de los poderes regionales de romper lazos con Irán, en junio de 2017 casi todos los países de la región iniciaron un bloqueo a Catar bajo la acusación de que apoyaba al terrorismo y amenazaba la seguridad y estabilidad.
 
Desde el estallido de la crisis de Gaza, ya con las relaciones políticas restablecidas, Catar ha ido fortaleciendo la cooperación con Egipto, país con el que ha mediado junto con Estados Unidos, para ser fundamental en los acuerdos puntuales que permitieron la liberación de algunos rehenes israelíes secuestrados en la franja.
 
De hecho, la capital catarí, Doha, ha sido sede de al menos cinco rondas principales de negociación indirecta entre Israel y Hamás, además de múltiples contactos diplomáticos relevantes en busca de un alto el fuego definitivo.
 
En agosto de 2024 las negociaciones estuvieron a punto de materializarse en un acuerdo.
 
Tras el fracaso de esa iniciativa, Catar se retiró momentáneamente de la mediación e incluso se llegó a hablar de la expulsión de los responsables de Hamás que residían en el país.
 
Sin embargo, poco después regresó a facilitar los contactos indirectos entre Hamás e Israel.
 
El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha reconocido públicamente el papel fundamental de Catar como mediador en el conflicto, pero algunos de sus miembros han considerado que el emirato hace un “doble juego” con demasiadas concesiones a Hamás.
 
El ataque israelí de este martes contra los líderes políticos de Hamás en Doha, que Tel Aviv justifica por el atentado del lunes en Jerusalén, vuelve a dejar en suspenso la posibilidad de un alto el fuego que parecía estar más cerca en las últimas horas.
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