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Vivir tus sueños

¿Recuerdas haber pensado, dicho en voz alta o haber escrito algún deseo y que tiempo después se haya hecho tangible? En realidad, esto es común, solamente que en ocasiones no lo recordamos y posiblemente pensamos que ha sido un golpe de suerte o casualidad. Pero ¿Y si tu anhelo en conjunción con tu proyección mental y la energía lumínica de tu corazón, movieron al engranaje de la danza universal, para manifestar esa experiencia? 

En toda historia existen seres deseantes, circunstancias u otros personajes que se les oponen y aliados que les acompañan en la hazaña de la consecución de su deseo. Lo que nos mantiene atentos a la pantalla, sala teatral o libro, es precisamente que nosotros, los lectores o espectadores, somos los cómplices de ese(a) personaje(a) que busca lograr, intenta, avanza, cae, sortea obstáculos, se enfrenta a los oponentes y finalmente, no en todas las historias, pero sí en algunas, el héroe o la heroína logran su cometido, y entonces nosotros suspiramos aliviados(as) y contentos(as) de que por fin sucedió. ¿Y en tu vida?

¿Eres el o la protagonista? ¿Quiénes son tus oponentes? ¿Cuál es el obstáculo? En ocasiones los adversarios viven dentro de nosotros, en la profunda psiquis y tienen existencia como creencias limitantes, prohibiciones, culpa, vergüenza, lealtades familiares o falta de autoestima. Podemos escuchar frases de desaliento y derrota como, por ejemplo, “¡A esta edad ya para qué!” “Es muy difícil” “No puedo” “A mí no se me da”, entre otras frases que estresan y fungen como piedras enormes en el camino. Por supuesto que podemos reconocer el dolor, la angustia, las pérdidas y el pesar que a veces son intrínsecas a la vida misma, pero algo que es muy posible, es que nadie va a cargarte toda tu vida como un bebé o un(a) niño(a) pequeño(a), para que te dirijas a la ejecución de aquello que te realiza y te hace feliz.

No es por falta de amor, o porque tú no seas importante, sino que cada quien está a cargo de sí mismo(a) y tiene la encomienda de responderse individualmente en el autocuidado y la autonomía de su existencia. Esto no quiere decir que el Amor Divino Universal no te envié de múltiples formas el apoyo amoroso que tú necesitas para que, eso que te viene a la mente cuando cierras tus ojos y observas cuando se te pregunta ¿Cuáles son tus anhelos, tus sueños? ¿Qué es lo más maravilloso que te gustaría vivir? se cumpla. Si tendrás el apoyo, la compañía y la ayuda, seguro, pero el esfuerzo y el trabajo lo tienes que hacer tú.

¿Cómo? Superando la apatía, los miedos, la amargura, la pereza, el rencor, el resentimiento, las heridas etc. Hay situaciones irreversibles, es verdad. Hay vacíos que resonarán posiblemente durante toda esta existencia. Sí. Hay marcas, huellas y cicatrices indelebles en el Alma, pero ¿Seguirás ahogándote en lo que ya no está dentro de tu control directo o dejarás que el cielo calme tu dolor y volverás a desear manifestar aquello que tu Alma pide a gritos? Algunos de estos, son gritos ahogados, que nadie escucha. La edad es un número. Las limitaciones muchas veces impuestas. ¿Y si hoy en vez de mirar los obstáculos y pensar tan negativamente, buscas formas, maneras, soluciones de llegar a vivir aquello que te hará sonreír con toda la cara y toda el Alma? Ese viaje, estudiar eso que te da tanta curiosidad, vivir un amor verdadero, crear artísticamente, estudiar una carrera, aprender un oficio, crear un jardín, ser inventor(a), remodelar tu hogar, escribir un libro, hacer algún deporte. Lo que te venga ahora a la mente y el corazón. ¡Claro, también vienen con las imágenes maravillosas de tus sueños, los peros, los obstáculos y las tristezas! Y también los pretextos. “Yo quería hacer ese viaje con mi hija, pero ella ya trascendió” Que duro. Cierto. Sin embargo, si abrimos un poquito la visión y escuchamos el susurro del Alma. ¿A caso no sería noble y bello realizar ese viaje en honor a esa amada persona y disfrutar de aquel paseo con todo el amor que se le ha profesado en vida y ahora en la eterna luz del corazón?  “Siempre he querido ser abogado, pero en mi familia todos son médicos, me llamo como mi Padre, el mejor abogado de mi cuidad y temo ser excluido y rechazado si cambio las cosas” No hay honra más grande a los que te anteceden que vivir tu propio destino. Serás un abogado extraordinario, porque es tu sueño y los sueños son semillas espirituales que nos conforman como Seres creadores.  Tus sueños están vivos, aunque no los mires desde hace tiempo. Tus sueños querido amigo(a), son regalos para todos los demás, porque ya vienes equipado(a) para brillar realizándolos. No te niegues, ni nos niegues tu hermosa sonrisa al cumplirte a ti mismo(a) con amor tu co-creación con la luz Divina, tus más grandes anhelos. Que cumplas tus sueños, que los cumplas consiente, que los disfrutes a pesar de los obstáculos, en el tiempo perfecto y llenos de belleza y satisfacción. Y gracias, porque al leer estas letras y permitirme conectar nuestro corazón, tú eres ya, parte de mi sueño.
Gracias por caminar juntos.
Tu terapeuta.
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.

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