Lo que simboliza en realidad la Oficina de Promoción que abrió el gobierno potosino en Japón, más allá de atraer la mayor cantidad de inversiones, es la posibilidad de que se construya un proyecto a mediano plazo, para que alguna de las armadoras automotrices de aquella nación, pueda instalarse en territorio potosino.
En una comparativa muy simple, para superar en logros económicos, por llamarlos de alguna manera, obtenidos por los gobiernos pasados -menos el del priista Juan Manuel Carreras-, al actual le falta concretar una inversión de esa naturaleza y de ese tamaño. Con Fernando Toranzo llegó la alemana BMW, y antes, con Marcelo de los Santos, la americana General Motors.
En la gira encabezada por el gobernador Ricardo Gallardo, una de las reuniones que tuvieron fue con la Asociación de la Industria de Autopartes de Japón, JAPIA, relacionada con la JAMA, algo así como lo que es la AMIA en México, donde se agrupa a las armadoras instaladas en el país.
En Japón también ven con recelo al presidente de los EU, Donald Trump, por sus alocados comportamientos. Pero no es China, con quien hay una marcada rivalidad y ha roto cualquier trato comercial. Lo que abre una posibilidad a que las inversiones japonesas y su eventual producción, no sea castigada.
Entre otras cosas, serán definitivas las condiciones que se plasmen en la revisión del TMEC. Algo hay ahí.
Además de la relación muy cordial que tiene SLP con Japón, uno de los países con más inversión en la entidad, por alguna razón, apenas tomó más temperatura la discusión sobre el TMEC, justo en esa coyuntura comercial muy específica, el gobierno potosino y la comitiva gubernamental que lidera el gobernador Ricardo Gallardo, es el primero en el país que se lanzó a estrechar los lazos comerciales y a exponer las facilidades que recibe la inversión en la entidad.
El periódico japonés Nikkei, especializado en economía y negocios, creador del índice que lleva su nombre y que monitorea la economía de ese país, puede que conceda más pista dentro de poco.
8 DE SEPTIEMBRE, TRASCENDENTAL
El primer Paquete Económico de la Federación correspondiente al ejercicio 2026, elaborado por la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo, será entregado a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre, la próxima semana. Es un documento trascendental porque marcará la pauta de crecimiento del país.
El año pasado, con la transición, Sheinbaum recibió uno muy armado, en el que tuvo poco margen de maniobra y mucho menos oportunidades de ajustes, aún con su mayoría legislativa. También es cierto, se trató de un PEF que arrastró hasta la mayor parte del 2025, la resaca de aquellos grandes proyectos de infraestructura que impulsó el gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador (Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas) que consumieron muy grandes cantidades de dinero.
El PEF de Sheinbaum será definitivo también, porque después de esas señales políticas -insisto con que el fenómeno político y sus sucesos, no es mí especialidad-, con sus marcados manotazos que da en la mesa con un claro "la presidenta soy yo", mostrará sus prioridades. El capítulo que cámaras empresariales y sectores productivos esperan con ansia, es el de infraestructura, cuya inversión en el sector, estuvo atorada o nula, la mayor parte de un catastrófico 2025, en el que se resintió con severidad, la reconfiguración comercial entre México y EUA.
CLAROSCUROS DEL CIERRE DE AÑO
Una es buena: hay, en este momento, 50 empresas de origen asiático que con cartas de intención o negociaciones muy preliminares, quieren invertir en San Luis Potosí, con inversiones que oscilan de los 80 a los 150 millones de dólares.
Lo malo es que cierra el año, y sus efectos cíclicos: tanto en el estado como en el país, el empleo formal está en contracción, lleva así tres meses consecutivos. El reporte mensual del Instituto Mexicano del Seguro Social, está por divulgarse de un momento a otro, y reflejará cómo se está en empleabilidad hasta el octavo mes del año, y brindará un panorama hacia el cierre de 2025.
LA CRISIS DE LA UASLP
Lo que busca la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, con su gasto, no es tanto una justicia financiera con el pago de 170 millones de pesos adeudados, convenidos en las aportaciones estatales, es más bien, un rescate.
En La Brújula de hace unas semanas expuse cómo es que las pensiones -como en la mayoría de cualquier administración en el mundo-, los lleva a un punto crítico. Lo reconoció en estos días, el rector Alejandro Zermeño.
Los pagos de remuneraciones, están garantizados, por lo que representa un foco de alerta, pero no un efecto cataclísmico. Aunque sí es mucho dinero. En las propias cifras de la Universidad, en nómina de este año, son 2 mil 985 millones 055 mil 951 pesos, ya presupuestados.
Esa cantidad absorbe la mayoría de los 3 mil 724 millones 685 mil 070 pesos que estimaron en gasto, para este año.
La Secretaría de Gobernación, en la 4T, ha restado importancia a los casos domésticos. Más cuando ha demostrado que la Federación, o le tiene mala fe, o ha dejado a la UASLP y otras universidades públicas en el país, a sus propios vaivenes. Más allá del encuentro reciente y las fotografías del rector en CDMX, la SEGOB no dijo absolutamente nada.
Crisis sí hay, el recurso es muy poco. Y las fuentes se agotan. Algo no se hizo a tiempo.
El gasto en nómina y la promesa de las pensiones, puede que estén seguras, por ahora. No así, la verdadera esencia de la Universidad: la comunidad estudiantil.
Cuando en realidad falte el dinero, no será en los salarios donde se perciba la escasez, será en un muy posible cierre de carreras, laboratorios y, crítico, los espacios universitarios.
Septiembre no será de tono festivo, más bien lúgubre, paradójicamente, el mes de la Universidad.
@LA_BRÚJULA_O