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Con nuevo Poder Judicial esperan ‘justicia más humana’

Es un cambio que, sin exagerar, marca un antes y un después en la vida institucional de México: Juan Francisco Aguilar

San Luis Potosí, SLP.- Este 1 de septiembre no es un día cualquiera, es el primer día en funciones de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), así como de magistrados y jueces en todo el país, tanto en el ámbito federal como en el estatal. Un cambio que, sin exagerar, marca un antes y un después en la vida institucional de México, consideró el ex diputado local, Juan Francisco Aguilar Hernández.
 
Destacó que cada nombramiento en el Poder Judicial es, en sí mismo, un acto que afecta la vida de millones de personas, pues de la impartición de justicia depende la libertad, el patrimonio y, en muchos casos, la dignidad de los ciudadanos. "La esperanza es que esta renovación abra la puerta a una justicia más cercana, más humana y más eficiente".
 
Aguilar Hernández dijo esperar que quienes hoy se estrenan en sus cargos entiendan que no se trata únicamente de aplicar la ley con frialdad técnica, sino de hacerlo con un compromiso profundo con los derechos humanos, con la democracia y con el futuro de un país que exige transparencia, imparcialidad y resultados. "La justicia en México no puede seguir siendo percibida como lenta, lejana o parcial".
 
A pesar de ello mencionó que no se puede  obviar la preocupación que se cierne sobre este proceso. La reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y aprobada por el Senado de la República ha generado más dudas que certezas; existe el riesgo latente de que, en lugar de fortalecer al Poder Judicial, termine debilitando su independencia y, con ello, el equilibrio de poderes que es la base de toda república democrática, ya que un Poder Judicial sometido, presionado o alineado a intereses políticos sería un retroceso histórico, un golpe a la confianza ciudadana y una puerta abierta a la arbitrariedad.
 
Finalmente indicó que más que nunca, hay que ser vigilantes, la sociedad, los medios, los colegios de abogados, las universidades y todos aquellos comprometidos con el Estado de Derecho, pues se tiene la obligación de alzar la voz, de exigir cuentas y de defender la autonomía judicial. "Ojalá esta etapa signifique el inicio de un sistema de justicia renovado y confiable. Ojalá, pero sobre todo, que no se convierta en el inicio de su peor crisis, porque sin justicia independiente, no hay democracia que resista".
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