El municipio con la mayor incidencia este año fue Cuautla, al reportar 141 casos a lo largo del año
El delito de extorsión tuvo un incremento de 48.4 por ciento entre enero y julio de 2025, durante el primer año de Gobierno de la morenista Margarita González Saravia, en comparación con el mismo periodo de su predecesor Cuauhtémoc Blanco.
De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en los primeros siete meses de este año se registraron 221 casos de ese delito de alto impacto, contra 114 del sexenio anterior en igual lapso.
El municipio con la mayor incidencia este año fue Cuautla, al reportar 141 casos a lo largo del año, seguido de Ayala con 12; Yautepec y Yecapixtla, con 11 cada uno, y Cuernavaca con 8, de acuerdo con datos oficiales.
Apenas en julio pasado, Miguel Ángel Urrutia Lozano, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en la entidad, reconoció que un número importante de jóvenes de entre 16 y 19 años son reclutados por el crimen organizado para cometer extorsiones, principalmente en Cuautla.
En ese municipio operan agrupaciones criminales como el Cártel de Sinaloa, Guerreros Unidos y, en menor medida, La Unión Tepito que, a decir de Urrutia, ha permeado en municipios como Yautepec y Tlayacapan, este último con reporte de tres casos.
"He mencionado al menos nueve (grupos del crimen organizado) que es lo que nos mantiene en esta misma línea de seguimiento investigación", señaló el funcionario en fecha reciente.
"Los líderes de Los Maya, tenemos a los líderes de la Familia Michoacana, a los hermanos Linos, a La Unión Tepito, con alias 'Milton'; al 'Barbas' (Cártel de Sinaloa), al 'Vara' (Gente Nueva), a 'La Rata' y al 'Kalimán'. Algunas de estas personas ya cuentan con orden de aprehensión".
Aunque las autoridades no se han expresado al respecto, funcionarios locales de al menos nueve municipios han manifestado que la agrupación criminal Los Mayas o Los de Siempre exige un pago de al menos 12 por ciento, principalmente a través de contratos de obras.
Sin embargo, se les atribuye también cobro de piso en servicio de agua, servicios generales, administración, laudos y otros.
El alza en la comisión de este delito en lo que va del presente sexenio se observa no obstante que en el Gobierno de Blanco operaban 14 agrupaciones criminales, según lo referido por el entonces Comisionado Estatal de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz Guarneros y ratificado por al actual titular de la SSP local.
"Al inicio de esta Administración había 14 grupos criminales", expuso en conferencia.
Uno de los sectores que más han padecido este flagelo es el transporte público, al grado de que en el municipio de Temixco el presidente de Federación Auténtica del Transporte (FAT), Dagoberto Rivera Jaimes, ha sugerido que los choferes y concesionarios porten armas para defenderse.
En julio pasado se registró un ataque armado en la base del sitio de taxis Tlahuica en Yautepec, en una zona donde se suele pagar extorsión. Las autoridades localizaron en el punto una cartulina con un mensaje amenazante.
Las parroquias de la entidad han sido otro grupo que padece los azotes de esta violencia. Tomás Toral Nájera, vicario de la Diócesis de Cuernavaca, reveló hace unas semanas que varias iglesias fueron víctimas de extorsiones telefónicas y amenazas de cobro de piso.
El Obispo de Cuernavaca y presidente del Episcopado Mexicano, Ramón Castro, advirtió en agosto sobre el cobro de piso en Cuautla y señaló que es la principal queja de la población.
"La queja constante es el derecho de piso. Hay cientos de negocios que han tenido que cerrar porque no quieren estar pagando un doble impuesto. Creo que es una de las cosas más fuertes que la población de Cuautla está viviendo", denunció en la instalación de comités de paz estatales y municipales para enfrentar la violencia en Morelos.
En Morelos, el delito de extorsión ha afectado por igual a empresarios, pequeños y grandes comercios, transportistas, iglesias y ciudadanos, principalmente como cobro de piso y extorsión telefónica y virtual, así como el sistema de préstamos ilegales conocido como "gota a gota".
La constante es la renuencia a denunciar ante el temor a represalias por parte de los grupos criminales, así como a la escasa confianza en las autoridades.