SLP- La emblemática casona ubicada en la esquina de avenida Venustiano Carranza y Tres Guerras, recientemente intervenida por el Ayuntamiento de San Luis Potosí, tendrá un nuevo destino, se convertirá en estación de policía. Así lo confirmó el alcalde Enrique Galindo Ceballos, quien anunció que ya se concretó un comodato con los propietarios del inmueble para habilitar una parte del edificio con fines de seguridad pública.
El proyecto pretende que el sitio funcione como punto de recepción de quejas y denuncias, además de reforzar la presencia policial en uno de los corredores más concurridos de la capital. La decisión se enmarca dentro del plan de recuperación de la avenida Carranza, que incluye mejoras en alumbrado, mantenimiento de la ciclovía y apoyos a comercios, con la intención de revitalizar la vida urbana.
No obstante, la historia de esta intervención no ha estado exenta de controversias. El inmueble se encuentra en litigio, lo que ha generado cuestionamientos sobre la legalidad con la que el gobierno municipal decidió actuar en un espacio de propiedad privada. Además, críticos señalan que se utilizaron recursos públicos para rescatar un predio que aún no tiene certeza jurídica definida.
Pese a ello, es innegable que la intervención trajo beneficios visibles, se retiraron toneladas de basura acumulada durante años, se rehabilitó el entorno con mejor iluminación, y la fachada fue embellecida con murales que realzan el valor histórico de la construcción. La presencia de seguridad también ha contribuido a disminuir los actos de vandalismo y a contener problemáticas de inseguridad en la zona.
La casona de Carranza hoy simboliza un dilema recurrente en San Luis Potosí, cómo equilibrar la preservación del patrimonio, la legalidad y el interés público. Aunque la habilitación del inmueble como estación de policía responde a una necesidad real de vigilancia en la zona, la forma en que se ejecutó el proyecto abre interrogantes sobre los límites de la autoridad frente a la propiedad privada.
Si en el futuro se logra consolidar un proyecto cultural en el espacio, como ha sugerido el alcalde, podría alcanzarse un equilibrio entre seguridad, arte y patrimonio. Mientras tanto, la casona seguirá siendo un recordatorio de que las buenas intenciones no siempre se ejecutan con plena transparencia, y que la recuperación de los espacios públicos debería caminar de la mano con la certeza legal y el consenso ciudadano.