El conflicto entre Ucrania y Rusia sigue en espera de la paz. Los presidentes Volodimir Zelensky y Vladimir Putin dicen querer el fin de la guerra; sin embargo, cada uno defiende objetivos distintos y parecen no estar dispuestos a ceder.
En este vaivén que parece no tener fin entró el mandatario estadunidense, Donald Trump, quien presume haber detenido seis guerras, y se encuentra esperanzado en sumar la disputa en Ucrania como la séptima.
Tras los encuentros individuales con Putin y Zelensky, el republicano reiteró su compromiso con finalizar la disputa. Al principio dijo que lo haría con un cese al fuego, empero, tras las conversaciones con el líder ruso, la postura cambió a lograr “acuerdos sustanciales”.
Desde que volvió al poder, el republicano mostró su deseo por obtener el Premio Nobel de la Paz, reiterando su labor como “pacificador mundial” en la resolución de enfrentamientos.
El argumento tomó fuerza después de la reunión con Volodimir Zelensky y otros líderes europeos. Trump explicó que en las seis guerras que ha resuelto lo ha hecho sin siquiera mencionar un alto al fuego.
“Si podemos lograr un cese al fuego, sería genial. Y si no, muchos otros puntos fueron tratados”, expresó el mandatario.
?1. Conflicto entre El Congo y Ruanda
En este mismo encuentro, Donald Trump recordó las acciones estadunidenses en la guerra acontecida entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda.
Esta disputa comenzó en Ruanda durante el siglo XX, debido a la enemistad entre las comunidades hutu y tutsi. Durante años pelearon por el control del lugar, mientras algunas personas emigraban hacia los países vecinos, entre ellos, la República del Congo.
En 1990 los tutsis formaron el Frente Patriótico Ruandés (FPR) y decidieron atacar a los hutus, pero el conflicto estalló tras un ataque al líder ruandés, Habyarimana, en 1994. Dos misiles derribaron el avión en el que viajaban él y otros funcionarios hutu, provocando su muerte.
No está claro si fueron los tutsis del FPR quienes cometieron el atentado, pero, la acción desató una brutal ola de violencia, en la que extremistas hutus abatieron a miles de tutsis. Este periodo denominado como El genocidio de Ruanda causó la muerte de 800 mil personas de ambos grupos étnicos, apunta el medio BBC.
El intermitente conflicto continuó durante años y se trasladó hacia El Congo, donde se alberga gran parte de la comunidad hutu.
El 27 de enero de 2025, el Movimiento 23 de Marzo (M23), un grupo armado tutsi en Ruanda, tomó la ciudad congolesa de Goma, provocando la ofensiva del Ejército congolés.
"La brutalidad de las partes enfrentadas no conoce límites; estas atrocidades tienen como objetivo castigar, intimidar y humillar a la población civil, mientras cada bando intenta imponer su control”, dijo en un comunicado Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional en África.
El gobierno del Congo solicitó apoyo del país norteamericano, de acuerdo con la agencia AP, y fue a partir de ello que Donald Trump comenzó con las negociaciones para alcanzar el fin de 30 años de conflicto. Cabe mencionar, que la RDC es rica en minerales como el coltán y otros elementos necesarios para el desarrollo de tecnología, por lo que la alianza paralelamente beneficiaría a Estados Unidos.
Fue así como el 27 de junio, la ministra de Relaciones Exteriores de la RDC, Therese Kayikwamba, y su par ruandés, Olivier Nduhungirehe, se reunieron en la Oficina Oval para firmar el acuerdo que presuntamente terminaría el conflicto entre las naciones. No obstante, los ataques armados continúan entre el M23 y las Fuerzas Armadas del Congo.
2. Conflicto entre Armenia y Azerbaiyán
Durante el encuentro con Zelensky y los otros líderes europeos, Donald Trump también remarcó que una semana atrás había sentado las bases para la paz entre Armenia y Azerbaiyán.
La región de Nagorno Karabaj, también conocido como Alto Karabaj, es el territorio que las naciones disputan desde 1988.
Tras la caída de la Unión Soviética, el gobierno del Alto Karabaj, decidió formar parte de Armenia y se constituyó la República de Artsaj, de acuerdo con National Geographic. La República obtenía suministros del gobierno armenio a través del Corredor de Lachín, la ruta más rápida para conectar ambas regiones.
Esta situación tensó el vínculo entre Armenia y Azerbaiyán. Sin embargo, tras la intervención de Rusia en 1994, lograron llegar a un acuerdo.
Durante años, el conflicto se mantuvo en calma, pero en 2020, Azerbaiyán se dispuso a recuperar territorio, avivando el ataque en el Alto Karabaj. Nuevamente la mediación rusa logró un alto al fuego, pero al comenzar la guerra con Ucrania, su atención se centró en lidiar el conflicto, quitando apoyo al gobierno armenio.
Azerbaiyán logró apoderarse de parte del territorio en 2023, denominando al enclave como Najicheván.
Los enfrentamientos continuaron hasta la intervención de Estados Unidos. Donald Trump tenía en la mira reactivar el Corredor de Lachín, y convertirlo en el proyecto Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP, por sus siglas en inglés).
Por ello, el 8 de agosto, el republicano reunió a Ilham Aliyev, presidente azerbaiyano, y a Nikol Pashinyan, primer ministro armenio, en aras de un proyecto que aún sigue en el tintero.
"Armenia y Azerbaiyán se comprometen a cesar los combates de forma definitiva, abrir el comercio, permitir los viajes, restablecer relaciones diplomáticas y respetar la soberanía y la integridad territorial mutuas", declaró Trump durante la reunión con sus homólogos.
3. Conflicto entre India y Pakistán
La disputa por la región de Cachemira ha sido una problemática que atañe a los países indio y pakistaní desde que se independizaron de Reino Unido en 1947.
La región india se dividió en dos partes: Pakistán, con una población musulmana, e India, con mayoría hindú. Sin embargo, Cachemira quedó atravesada entre ambos territorios. De acuerdo con el Acta de Independencia de India, la zona en disputa podía decidir a qué país se adscribiría, y eligió a la India.
Actualmente la mitad de Cachemira sigue bajo el mandato indio, Pakistán ostenta un tercio de la región noroeste, e incluso China administra zonas del norte.
Los gobiernos de la India y Pakistán continuaron las afrentas por apoderarse del sitio durante años, debido a que algunos pobladores no estuvieron de acuerdo con ser gobernados por India. Fue así como la armada india desplegó misiles en la parte de Cachemira que pertenece a su contrincante.
Ante la disputa, Donald Trump aplicó su estrategia arancelaria, que de acuerdo con sus declaraciones en Truth Social, usa para “infundir razón, cohesión y cordura” en aquellos países que mantienen enfrentamientos. Para India, aplicó un arancel del 50 por ciento, debido a que sigue comprando petróleo ruso, mientras que Pakistán mantiene un 29 por ciento, tras llegar a un acuerdo de adquirir el crudo de Estados Unidos.
A pesar de la supuesta injerencia estadunidense, los líderes de India y Pakistán han mencionado que las conversaciones sobre un posible cese al fuego solo han ocurrido entre ambos.
4. Conflicto entre Egipto y Etiopía
Esta disputa, más que una guerra, es un tema diplomático. Involucra a la presa del Gran Renacimiento Etíope, ubicada en la región Benishangul-Gumuz en el Nilo Azul, que desemboca en el Río Nilo.
El proyecto, que comenzó desde 2011, será inaugurado en septiembre, declaró el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali. Sin embargo, su construcción ha suscitado conflictos con Egipto y con Sudán, debido a que temen que la presa amenace su acceso al suministro del agua del Nilo.
Particularmente Egipto, solicitó durante años la cancelación del Gran Renacimiento, ya que depende en un 97 por ciento del agua del Río, de acuerdo con el medio Al Jazeera. Sin embargo, Abiy Ahmed asegura que este proyecto no solo beneficiará a Etiopía, sino a toda la región colindante.
“Creemos en el progreso compartido, la energía y el agua compartida”, dijo en un comunicado de X.
Frente a ello, Donald Trump declaró en julio "estamos trabajando en ese problema, pero se va a resolver".
Además, Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, incluyó a Egipto y Etiopía en la lista de conflictos que "el Presidente ha resuelto". Sin embargo, no es clara la manera en la que el mandatario ha intervenido para solucionar esta situación.
5. Conflicto entre Tailandia y Camboya
La región indochina fue gobernada por el Imperio Jemer de los siglos IX al XIII, y abarcó los territorios de Tailandia, Camboya, Laos y el Sur de Vietnam, según reportes del Museo Postal Nacional estadunidense. Posteriormente, Camboya estuvo bajo el control de Francia, hasta su independencia en el siglo XX.
Los conflictos con Vietnam empezaron tras establecer sus fronteras, ya que algunos templos jemer quedaron en los lindes entre Camboya y Tailandia, y cada nación decía que le pertenecían. En 2011, los países tuvieron un violento conflicto por el templo Preah Vihear, que fue resuelto con mediación internacional.
Para 2025, una nueva disputa por la propiedad del templo Prasat Ta Muen Thom involucró a las naciones en las armas, empero, el 28 de julio lograron un alto al fuego.
El presidente de Estados Unidos intervino facilitando la comunicación con el primer ministro tailandés, Phumtham Wechayachai. Autoridades camboyanas expresaron que eso ayudó a reanudar la comunicación directa entre el líder tailandés y el primer ministro de Camboya, Hun Manet, para lograr el cese del conflicto.
Este último, incluso ha declarado que Trump merece el Nobel de la Paz, gracias sus esfuerzos por contribuir al acuerdo entre las naciones, formalizando su propuesta con una carta al Comité Noruego.
6. Conflicto entre Serbia y Kosovo
El origen de esta disputa remonta a Yugoslavia, región que comprendía a seis repúblicas socialistas, entre las que estaba Serbia. Dentro de Serbia, la población en Kosovo quería ser formarse como una nación independiente.
Tras la desintegración de Yugoslavia, Kosovo buscó aún más la autonomía, aumentando los conflictos armados con Serbia. La Guerra de Kosovo que comenzó en 1999, vio su fin hasta 2008, cuando pudo consolidarse como una república independiente. Sin embargo, ni Serbia ni Rusia reconocen la región como autónoma.
Los conflictos recientes se deben a que el gobierno kosovar no acepta los documentos de identidad serbios en la frontera, además impuso como medida que las matrículas vehiculares emitidas por Serbia debían modificarse para poder circular en el territorio de Kosovo, de acuerdo con CNN.
Donald Trump declaró en junio que desde su primer mandato "paró" la guerra entre ambos países, y que lo “arreglaría otra vez” en este segundo. No obstante, las naciones no han firmado ningún acuerdo de paz.
Bajo este panorama, puede verse que aunque el presidente de Estados Unidos ostenta “haber intervenido en seis guerras”, en realidad no es claro el verdadero impacto que tuvo dentro de los conflictos, más aún cuando a pesar de los “acuerdos”, vuelven a suscitarse enfrentamientos armados.
En algunos casos, esta presunta resolución sorprende hasta a los mismos mandatarios. Por ejemplo, en junio anunció un “cese al fuego” entre Israel e Irán, que fue respondido por el primer ministro israelí diciendo que volvería a atacar a Irán “si era necesario”.
Entre tratados que prometen la paz, impuestos arancelarios y afirmaciones apresuradas en Truth Social, el republicano encontró en la mediación de conflictos armados un nuevo camino para acceder al Nobel de la Paz. Y con su búsqueda por la cumbre trilateral entre él, Zelensky y Putin, puede pronosticarse que continuará sumando nombres a la lista de mandatarios que apoyan la nominación.