Desde el Lunar Azul
Pues nada, estimados lectores de este “lunar azul”. El fin de semana nos regaló de todo: desde un episodio de Rápido y Furioso versión low cost, con un conductor que decidió probar la gravedad volcándose en plena Galeana, hasta la tragicomedia turística de nuestro nuevo secretario de Turismo.
Al sonriente y carismatico Mauricio González,nuestro flamante secretario de Turismo (y antes independiente de quimeras políticas). En su primera gran actividad, ni el clima ni la suerte le han sonreido. Mucho empeño, sí, pero los resultados han quedado muy por debajo de lo esperado. Como si no bastara con la tormenta meteorológica, también cayó encima la tormenta institucional: ese enredo entre la Secretaría y el famoso “Buró de Convenciones” que a estas alturas nadie sabe bien quién manda ni quién organiza.
Al principio, lo acompañaba en el recorrido el vapuleado director del ICA, Alex Zuñiga, pero este fin de semana ya ni sus luces. Dejó solo al buen Mau con las ocurrencias de la paella y el asado, que más que promocionar turismo parecían sobremesa de domingo entre compadres. Como bien dicen: no es lo mismo andar de borracho que ser el cantinero. Mejor suerte para la próxima, porque el turismo no se salva con ocurrencias.
Por otro lado, la senadora Nora Ruvalcaba presentó su informe. Fue un evento sobrio, cumplidor, pero desangelado. Las mismas caras de siempre y, como invitado curioso, el ex fiscal Felipe Muñoz, quien —dicen los que saben— podría regresar a estas tierras si la o el próximo gobernador así se lo pide.
El problema para Morena es de fondo. Como en toda organización, la mayor fortaleza suele convertirse en debilidad. Nora ha sido la única candidata a la gubernatura en toda la historia local del partido… y por lo que se ve, seguirá siéndolo. Eso, lejos de consolidar, ha cerrado espacios y sofocado nuevos liderazgos. Un partido sin oxígeno ni renovación termina asfixiándose en su propio cuarto oscuro.
Pero el verdadero problema de Morena no es el aburrimiento de sus informes, sino su eterna incapacidad para crecer. Nora ha sido candidata única y eterna, la Juana de Arco guinda, pero sin ejército. Y cuando una organización se aferra a un solo nombre, lo que gana en lealtad lo pierde en oxígeno. A estas alturas, Morena en Aguascalientes es un cuarto cerrado donde tres tribus se disputan el aire: la de Nora, la del locuaz vocero de los diputados federales guindas y la del charro con titulo Santo Domingo. Tres grupos que no se soportan, que se sabotean entre sí y que solo coinciden en lo mismo: su falta de lealtad y unidad. Entre ellos se vigilan, se meten el pie y hasta celebran cuando al otro le va mal. Con esos aliados, ¿para qué quieres enemigos?
Por eso los triunfos municipales en El Llano y Rincón de Romos pesan poco: ninguno de los presidentes ganadores es militante real de Morena. El caso del Dr. Muro en Rincón es ilustrativo: llegó con buen cartel, con trayectoria respetable, pero hoy se le nota cada vez más incómodo en los eventos guindas. Su administración, dicen en el pueblo del Señor de las Angustias, ha sido decepcionante. Su gran “logro” fue traer a Alfredito Olivas en concierto, y hasta ahí. Porque más allá de la fiesta, el gobierno local parece aislado de la política real y atrapado en una burbuja inexperta. Y ya se escuchan voces que aseguran que tarde o temprano dará el clásico chaquetazo político.
En fin, varios temas quedaron en el tintero. Como dicen, la política es una de las pocas profesiones donde los muertos reviven. Este fin de semana en el PRI estatal se vieron varios fantasmas del pasado reclamando su lugar. Ese será asunto para mañana.
Hasta aquí subió la roca.