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La Universidad secuestrada

Opinión

No se entiende un joven que no tenga las ganas de romper con lo establecido, la juventud debe desencadenase de los paradigmas que se les marca en el trascurso de su vida. La juventud tiene la necesidad por si misma de ser radical, tener en alerta el pensamiento libre, uno tal, que le ofrezca romper con ataduras religiosas, políticas, que muchas de las veces, se utilizan argucias, embustes en los discursos que escuchamos de los que ejercen autoridad. En sí, ser joven que busca una educación, laica y gratuita le dará libertad de pensamiento, como también priorizar su educación como un aspecto primordial de su existir.

La educación misma, provocará una conciencia firme y en constante construcción del raciocinio, todo para que siempre puedan  “vivir de pie y nunca de rodillas” Ricardo Flores Magón.

La educación de un pueblo le permite crecer socialmente, es una herramienta fundamental contra los dogmas fanáticos, que en tiempos modernos como ahora, están floreciendo las radicalizaciones ideológicas políticas-religiosas, ahí tenemos el caso de Israel y los países musulmanes, lo mismo el judaísmo en comunión con los cristianos fundamentalistas evangélicos. Ser educado reafirmará el conocimiento en una materia, sin embargo, abre la puerta a escudriñar el universo de las ciencias, para no quedarse con la idea que ser experto en alguna profesión lo hará sabio.

En el mundo, sobre todo en aquellos países donde el fanatismo intolerante de corte autoritario vive una andanada de intervenciones, amenazas, reducciones de presupuesto, persecuciones ideológicas, imposiciones políticas y religiosas, las universidades se han visto envueltas en todo lo anterior, publicas y privadas.

La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, se ha convertido en un instrumento de control político externo, donde a la falta de influencia y estando fuera del alcance partidista verde, el gobernador Ricardo Gallardo no entregar el presupuesto que le corresponde. En una columna anterior habíamos tocado el tema de las prerrogativas a las que tiene derecho la universidad, ahora crece la indignación colectiva, al ver que, cientos de muchachos se quedaron sin un lugar en alguna facultad para estudiar, simple y llanamente porque al gobierno estatal no se le antoja, no quiere o no se le pega la gana entregar lo que le corresponde a la comunidad universitaria.

Con un 35% de adeudo, por cada año en promedio, durante la administración Gallardista, la UASLP a dejado de percibir algo así como 660 millones de pesos, los cuales el gobernador, prefiere regresarlos a la federación que dárselos a la Uni.

Vimos como el rector Alejandro Zermeño Guerra tuvo participación en el Congreso de la Unión, tímidamente reprochó a los escasos diputados presentes, la falta de presupuesto a las universidades públicas, y decimos tímidamente, porque la energía que debe caracterizar a un rector en problemas con el Estado, no lo manifestó. Muy político solo dio su discurso y se fue, ¿y los dineros, los estudiantes y la autonomía?

Él hablaba en nombre de las universidades públicas, pero aquí en su tierra solo se queja.

Las cosas como son, el dinero es de la universidad no del gobernador, algunos dicen que lo “jinetea” que lo ocupa en la Fenapo, en vaguedades, pudiera ser, pero lo que se ve, es una especie de venganza, prefiere devolverlo a la federación antes de dárselo a su “enemigo intelectual”.

Si el rector no puede, no quiere o no le interesa, a sabiendas que hay oídos sordos, continúa en su postura diplomática, para la diplomacia se requiere de interlocutores fiables, desafortunadamente no lo hay, entonces, ¿qué queda?, dejarles a los estudiantes una educación deficiente. Tal vez sería pertinente que ellos mismos, se movilicen para conseguir que el dinero, llegue a la universidad.

En el desconocimiento o indiferencia de nuestra historia local, se le olvidó al rector Zermeño, las historias de alumnos que lograron grandes cambios, políticos y sociales, de paso, educativos (cosa que muy lento se ve). En el 68 el movimiento estudiantil, el 85 en San Luis Potosí, de lamentable recuerdo, estudiantes ayudando a políticos para remover al rector en turno, cosa que después tendríamos seis gobernadores en seis años. 

El rector Dr. Alejandro Zermeño, tendrá sus razones para no ser más enérgico, audaz. ”Ante la cerrazón, la razón”.
Del terruño

Antes o después, una paradoja, el pasado era mejor que ahora, el político era discreto, hoy son descarados, el gobierno de ayer escuchaba, no hacían gran cosa, pero oían, hoy ya no oyen nada, sordos ante los problemas, una despensa, una sellfie y todos contentos, como la canción “todo se olvida”.

Don Omar, 385 mil espectadores, cuando caben 80mil, para dar a conocer esa noticia, derroche en propaganda, ¡Ah! pero ¿cuánto costó?, la respuesta fácil, les informaremos, la información nunca llega.

Y el otro, como película de terror, con sus nuevas “Razones” “donde nadie mira”, pero sí miramos. Derroche en propaganda oficial, millones tirados a la basura de la amabilidad.  ¡Y si, alcalde!, si, miramos como reclutan hasta “viejitos” como promotores políticos. También miramos, Enrique, como para entregar una obra, o iniciar otra, realizan tres o cuatro eventos pomposos, con una logística innecesaria costosa fuera de toda proporción. ¡Si!, Galindo, si miramos, como cada vez la ciudad se vuelve más insegura, mientras tus agentes se la pasan cuidando una casona en Carranza. ¡Sí! Enrique Galindo Ceballos, miramos como al igual que el de enfrente, se muestran cada día con característica similares, opacidad, simulación, el servirse de cargo para sus fines personales políticos.

Atrapados estamos, miramos como pasa la vida del potosino, nuestras vidas, corre entre irresponsabilidades, acusaciones, derroches, intimidaciones, ineficiencia.

Nos saludamos pronto

Oscar Esquivel.

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