Debido a la sobrerregulación que enfrentan, empresarios gasolineros han llegado al grado de pagar "moches" de 20 mil pesos por estación de servicio para evitar hostigamiento en la actualización de permisos, acusó César Cadena Cadena, presidente del Cluster de Energía de Nuevo León.
Señaló que cada vez son más requisitos a cumplir de dependencias como la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA), la Comisión Nacional de Energía, la FGR, la Profeco y el Servicio de Administración Tributaria, lo que obstaculiza su operación, por lo que se ven en la necesidad de pagar "moches" a funcionarios.
"Lo que nosotros sabemos, por quejas de los propios empresarios gasolineros, es que algunos miembros de la ASEA, quizá no todos, se están acercando a pedirles 'colaboración' para facilitar toda esta tramitología, pues esta dependencia, al igual que las otras, les puede cerrar expendios si no están al corriente con sus permisos.
"(La gasolinera) es una industria que efectivamente está sobrerregulada".
Ayer, Grupo REFORMA publicó que empresarios del sector acusaron extorsión y acoso de dependencias debido a sobrerregulación de permisos y multas.
Cadena consideró que la excesiva regulación empezó a crecer a raíz de la creciente circulación de combustible ilegal, o huachicol, pero debería ser un poco más dinámica y fácil de cumplir para que los expendios puedan trabajar.
"Lo que no puede ser es que les pidan una serie de requisitos y luego todavía les anden buscando en qué se incumplió para ver si le dan un 'moche', lo que puede provocar una demora mayor en permisos, tortuguismo, por lo que el gasolinero debe dar el 'moche' para estar en orden y mantener la gasolinera funcionando".
Además, dijo, el gasolinero enfrenta el desabasto intermitente de combustible por falta de pago a arrendadores de equipo de transporte para reparto en todo el País, pero el Gobierno plantea posibles soluciones que dejan sin resolver el problema.
"Para solucionar el problema hablan de las pipas que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional para combatir el huachicol, pero esas unidades nunca entran a Monterrey.
"Las que reparten son pipas de 20 mil litros que conocemos como 'palomas', pero no se puede mandar un full de 60 mil litros a repartir combustible en gasolineras, porque no entran por las calles, ocasionarían más problemas".
Anticipó que la solución viable es regularizar el pago de Pemex a proveedores de arrendamiento de transporte.
"La escasez, en teoría, depende de que haya la pipas necesarias para el reparto... habían dejado de pagar en distintos lugares del País, por eso es que el fenómeno se presentó en Ciudad de México, en El Bajío y aquí en Monterrey, entre otros lados.
"Por otro lado, hay un efecto secundario del huachicol, que está bajando y que surtía el 10%, el 20% o el 30% del mercado, y el poco almacenamiento en terminales, que para Monterrey es de un día y medio".