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Iglesia llama a orar por la paz

A través de su editorial la Arquidiócesis Primada de México hizo un llamado a los fieles mexicanos a unirse en oración para pedir a Dios por la paz en el mundo.
 
“La oración es el latido más profundo del corazón humano que busca a Dios. No es una repetición vacía ni una fórmula mágica, sino un encuentro real con el Creador, que transforma el interior de quien se abre a su presencia”, señalan en el texto.
 
Exponen que con la oración dejamos que la voz de Dios “ilumine nuestras sombras, que su paz serene nuestras inquietudes y que su amor sane nuestras heridas”.
 
Añaden en el semanario Desde la Fe que la oración ofrece a las personas una mirada nueva que es más compasiva, más paciente y más fraterna.
 
En el texto dominical exponen que la oración se convierte en un acto de resistencia y esperanza, por lo que rezar por la paz no es un gesto pasivo ni ingenuo.
 
“Es confiar en que Dios actúa en la historia y que, al mismo tiempo, transforma nuestro corazón para que seamos artesanos de reconciliación”, señalan.
 
La iglesia añade que la oración no se queda solo en el templo ni en lo íntimo de la habitación, ya que invita a tomar acciones para la construcción de la paz dentro de su vida diaria.
 
“Recordemos que la violencia no comienza con las armas: empieza en las palabras ásperas, en los juicios que condenan, en la intolerancia que levanta muros en lugar de tender puentes. La paz, en cambio, nace cuando decidimos cuidar lo que decimos, cuando evitamos sembrar odio en las conversaciones, cuando aprendemos a callar antes de herir”, mencionan.
 
“Si queremos un mundo distinto, debemos empezar por nuestros hogares. La primera escuela de paz es la familia: allí aprendemos a escuchar, a pedir perdón, a compartir, a respetar las diferencias. Un hogar donde se ora y se dialoga es un espacio que desactiva la violencia y que siembra esperanza”, añaden en la editorial.
 
La iglesia propone la oración como un camino para hacer la diferencia y como una oportunidad para sembrar la reconciliación, para apostar a una vida de plenitud, fraternidad y justicia.
 
“Extendemos la invitación para que, con humildad, elevemos juntos nuestras súplicas a Dios y hagamos vida este acto de resistencia, de asumir el compromiso de no dejar de trabajar, desde nuestras palabras y actitudes, por un ambiente en el que la paz sea posible”, agregan.
 
“En efecto, podemos hacer y decir muchas cosas en favor de la paz, pero el que toca el corazón para la reconciliación entre los hombres y la edificación de una sociedad más armoniosa es Dios”, finaliza el texto.
 
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